Año horrible para el lince
Los ejemplares fallecidos en lo que va de año por causas no naturales superan ya las peores cifras, establecidas en el 2014
Un año para olvidar. En lo que va de 2017, 34 ejemplares de lince ibérico han perdido la vida por causas consideradas como no naturales, superando ya las muertes acaecidas en el 2014 (29) que hasta ahora lideraba el luctuoso ranking de este felino. Un balance, que contempla los fallecimientos por atropello, furtivismo, ahogamientos, enfermedades y causas desconocidas, que ha encendido todas las alarmas.
Si se incluyen las muertes por causas naturales, el número se acercan a los cuarenta.
Con estos datos, ¿es necesario lanzar una voz de alarma sobre el futuro de los linces? Los ecologistas aseguran que no, “pero
TRAMPAS ILEGALES
Al menos cinco han muerto este año y dos fueron abatidos por disparos de armas
hay que mantener la guardia alta”. El año pasado sólo murieron 24 linces por causas no naturales, pero ahora la tendencia parece haber cambiado de signo.
La mayor mortandad es, hasta cierto punto, lógica. El lince ha pasado de 94 ejemplares en el 2002 hasta los 483 del último recuento oficial, aunque lo más probable es que ya se haya superado
el medio millar. Si hace quince años el hábitat se limitaba a unas 125 hectáreas, ahora supera las 1.600. En el último lustro el programa de recuperación de la especie, financiado en un 60% por la Unión Europea, ha logrado reintroducir 185
ejemplares en las Guarrizas y Guadalmellato (Andalucía), Sierra Morena Oriental y Montes de Toledo (Castilla-La Mancha), Valle de Matachel (Extremadura) y Valle del Guadiana (Portugal).
Luis Suárez, responsable del Programa de Especies de WWF, incide en los dos aspectos que más preocupan a los ecologistas relacionados con la muerte de linces: los atropellos así como el furtivismo.
El problema de los atropellos quita el sueño desde hace años. También en este terreno se han dado pasos adelante, pero el problema continúa. Uno de los puntos negros tradicionales, la carretera que une Almonte con El Rocío y la famosa aldea con el populoso centro veraniego de Matalascañas, se ha conseguido eliminar mediante la construcción de pasos para la fauna, que son aprovechados por los linces y también por otras especies como ciervos, zorros o gatos monteses. El problema es que cada uno de estos pasos cuesta alrededor de un millón de euros.
WWF lleva mucho tiempo con su campaña Ni un lince más atropellado, pero el problema no
termina de resolverse. “La mayor parte de los atropellos se produce en tres puntos negros de Andalucía que llevamos años denunciando, la autovía A-IV, la N-420 y la A-301. En Castilla-La Mancha han muerto siete linces atropellados, tres de ellos en la misma carretera”, denuncia la organización ecologista.
Más reciente y preocupante es la reaparición del furtivismo, un problema que parecía alejarse a medida que crecía la conciencia ecológica entre los habitantes de las zonas de reintroducción del lince. Aunque propietarios agrí- colas y cazadores opusieron mucha resistencia a que el programa se desarrollara en sus terrenos, la mayoría reconoce que es beneficioso.
Sin embargo, al menos cinco linces han muerto este año en trampas ilegales y dos fueron abatidos por disparos de armas de fuego, algo que no había ocurrido desde hace tiempo y que ha llevado al Seprona a pedir la ayuda de vecinos y cazadores para capturar a los autores de esta aberración. En la última década, 25 ejemplares murieron a causa de esta actividad criminal, con la dificultad añadida de que los furtivos suelen ocultar los cadáveres para no ser sancionados. Las trampas para zorros suelen convertirse en un atractivo mortal para el lince.
“Aunque estos casos se producen en sitios y momentos diferentes, es verdad que estamos percibiendo el regreso a ciertas actitudes que no se veían desde hace años”, declaraba Luis Suárez en unas declaraciones a la agencia Europa Press. “Hay que ver que en el conjunto, las cosas marcha bien pero no tenemos que bajar la guardia”, asegura.
DE LA UE
El programa de recuperación ha logrado introducir 185 animales en cinco años
DESDE EL 2002
La mayor mortandad es lógica; el lince ha pasado de 94 ejemplares a 483