La cuestión catalana sacude los cimientos de los gobiernos locales
Las alianzas municipales se debilitan y en el horizonte cercano ya asoman cambios importantes
Dice una norma no escrita que la gran mayoría de las mociones de censura en los ayuntamientos se sustancian en los dos años centrales del mandato. En la primera mitad de este periodo que comenzó tras las elecciones locales de mayo del 2015 y que terminará en la primavera del 2017, apenas una docena de municipios catalanes han asistido a un cambio de alcaldes forzado por el caprichoso y volátil juego de las mayorías políticas. Sin embargo, en los próximos meses la situación derivada de la brutal colisión entre los gobiernos español y catalán podría modificar sustancialmente el mapa municipal.
De hecho, en los últimos dos meses ya se han producido las primera manifestaciones de una sacudida que, según admiten analisLa tas de todas las formaciones políticas, podría generalizarse en las próximas semanas en función de cómo evolucionen los acontecimientos posteriores a la aplicación del artículo 155 de la Constitución que ayer desgranó Mariano Rajoy y que, entre otras cuestiones, comporta el cese del Gobierno de la Generalitat.
Quiebras de mayorías cosidas con un hilo extremadamente fino; concejales que dejan en la estacada a la formación por la que se presentaron a las elecciones en señal de protesta por la respuesta de su partido ante hechos como la actuación policial del 1-O; anuncios o amagos de nuevas mociones de censura; amenazas de ruptura de pactos y de cambio de socios; alcaldes que parecían sólidamente asentados convertidos en blanco de la oposición no ya sólo política sino también social... En definitiva, una escalada de tensión de la que no se libra ni el pueblo más pequeño ni la capital, Barcelona, cuyo Ayuntamiento baila la mayor parte del tiempo al ritmo de la música que suena al otro lado de la plaza Sant Jaume. El proceso independentista y el posicionamiento de los distintos agentes políticos ha alterado, también, el pulso municipal.
Sin duda, el partido más afectado en los ayuntamientos por el enfrentamiento permanente de los últimos tiempos es el PSC. Resulta significativo el llamamiento hecho el pasado viernes a las fuerzas nacionalistas por el diputado de ERC Gabriel Rufián. “No se puede gobernar con quienes participan de las salvajadas del Estado. Hay que poner fin a los pactos municipales con PSC/PSOE”, tuiteó el locuaz dirigente republicano en un aviso de lo que se avecina. De hecho, el proceso soberanista ya se ha cobrado algunas víctimas en las filas del socialismo catalán.
Uno de los sismos de mayor intensidad a la fecha es el que ha hecho tambalearse al alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros. marcha del gobierno del único concejal de Units per Avançar ha dejado en minoría al equipo formado por PSC y PP. Al alcalde socialista, que parece haber confiado su futuro a una carta tan incierta como la de los Juegos del Mediterráneo 2018, se le multiplican los problemas dentro y fuera del Ayuntamiento. Prueba de ello es la reciente dimisión de cinco miembros de su senado (un órgano consultivo) por considerar muy débil la condena que Ballesteros hizo de los incidentes del 1-O.
También en las comarcas de Tarragona, ERC y el PDECat ya han roto sus acuerdos con el PSC en el Consell Comarcal del Montsià y el Ayuntamiento de Mòra la Nova, respectivamente. Además, hay amenazas –veladas o explícitas– de ruptura en otros municipios co-
LOS EFECTOS DEL 155
El futuro de alcaldes y gobiernos socialistas depende de la reacción del partido
LA CONTAMINACIÓN
Pactos de pueblo y ciudad construidos en el 2015 sucumben ante el clima político general