Mártires del perdón
Ayer fueron beatificados 109 monjes claretianos en la Basílica de la Sagrada Família
La eficaz arma del amor y del perdón. Es la respuesta que dieron los 109 mártires claretianos que ayer fueron beatificados en la basílica de la Sagrada Família en una celebración presidida por el cardenal Angelo Amato en representación del papa Francisco.
Son más de un centenar de misioneros claretianos que fueron asesinados al inicio de la Guerra Civil, la mayoría en Catalunya, pero también en València y Santander. Los primeros meses del conflicto prácticamente cada día murió algún sacerdote, hermano o estudiante claretiano.
Amato sorprendió en su homilía recordando, en catalán, el grito que se oyó en las calles de Barcelona después de los atentados de agosto: “No tenemos miedo”. Explicó que esta respuesta de los ciudadanos ante el terrorismo muestra cómo “el hombre tiene vocación a la vida y no a la muerte, al amor y no al odio”. En el caso de los 109 beatos, “ante la epidemia de muerte y destrucción, reaccionaron con la eficaz arma del amor y del perdón. No tuvieron miedo”. Según el cardenal Amato, demostraron que “la única venganza cristiana es el perdón a los enemigos, no proponer el odio sino la eterna ley cristiana del amor” y “demostraron en el mundo que el bien vence al mal”.
A la celebración en la Sagrada Família asistieron 3.000 fieles y concelebraron treinta obispos de todo el mundo y más de 300 curas. Además de los obispos y los abades catalanes y de algunas diócesis españolas, había catorce obispos claretianos de todo el mundo y el nuncio Renzo Fratini. También asistieron más de un millar de familiares de los 109 mártires, algunos venidos con autocares desde las poblaciones de origen de los beatos. Al mismo tiempo, la celebración fue un encuentro de misioneros claretianos de todo el mundo. El Govern estuvo representado por la consellera Meritxell Borràs, delegada por el presidente de la Generalitat.
El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y el superior general de los claretianos, Mathew Vattamattam, fueron los concelebrantes principales. Al final pronunciaron unas palabras de agradecimiento en las que Vattamattam destacó que, “a pesar de los sufrimientos, murieron con alegría. Los mártires nos recuerdan que la verdadera fe se mide por la capacidad de dar la vida por los otros”, afirmó el responsable mundial de los claretianos.
El cardenal Omella también destacó que los mártires “fueron testigosde firmeza en la fe”. Un testimonio que, según Omella, “en estos momentos de nuestra historia” tiene que ayudar a los cristianos “a ser portadores de paz, de reconciliación, de amor a todas las personas, favoreciendo siempre ámbitos de diálogo, de conocimiento mutuo y de entendimiento”. Fue la única referencia al momento político actual durante la celebración, apostando por una solución dialogada que está planteando el episcopado con el apoyo de la Santa Sede.
Siguiendo el ritual de las beatificaciones, después de la proclamación de los beatos se descubrió un icono que representa a los nuevos mártires a los cuales desde ayer ya se puede rendir culto en las iglesias. También se veneraron las reliquias de algunos de los beatos situadas en el altar en una arqueta.
La congregación fundada por Sant Antoni Maria Claret en Vic sufrió la muerte de 270 claretianos durante la Guerra Civil, 184 de los cuales ahora ya han sido beatificados. La de ayer fue la primera beatificación que se hace en la Sagrada Família y la más numerosa de mártires de una sola congregación religiosa.
La congregación de Sant Antoni Maria Claret sufrió la muerte de 270 claretianos durante la Guerra Civil