La Vanguardia

Un proyecto legal, pero con aristas

El desembarco del Manchester City en el Girona abre un debate entre los expertos: ¿qué ocurriría si ambos clubs se cruzasen, algún día, en una eliminator­ia europea?

- SERGIO HEREDIA

Cierto: por ahora la posibilida­d es remota.

El Manchester City ya saca pecho en las competicio­nes europeas. Pero el Girona sigue siendo un novel en la Liga española. Ignoramos su futuro a corto plazo. ¿Resistirá el envite en este curso? ¿Mantendrá la categoría...?

Por ahora, las posibilida­des de que ambos clubs, el City y el Girona, se crucen en algún estadio europeo son escasas.

Al tiempo.

Ya veremos.

El debate viene al caso. Desde el pasado verano, ambas entidades están íntimament­e unidas. En agosto, el City tomaba el control del 88,6% del Girona. Lo hizo en una maniobra conjunta entre la corporació­n City Football Group y la empresa Media Base Sports, entre cuyos fundadores aparece Pere Guardiola. Es el hermano de Pep Guardiola, técnico del City.

City Football Group, propiedad del jeque Mansur bin Zayed alNayan (también propietari­o del City), adquirió el 44,3% del Girona. Media Base Sports, otro 44,3%. Pere Guardiola, que ya llevaba dos años vinculado al Girona, quedó como propietari­o.

Y el asunto generó debates en múltiples ámbitos. Entre otros motivos, porque Pere Guardiola es agente de futbolista­s.

En su portafolio figuran, por ejemplo, Luis Suárez o Andrés Iniesta. Y otros dos jugadores del Manchester City.

En verano, The Guardian contactaba con portavoces de la FA (Federación Inglesa de fútbol). El rotativo inglés buscaba respuestas: un intermedia­rio ¿puede tener importante­s acciones en una entidad deportiva?

La duda se apoyaba en el artículo E4 del Reglamento de la FA: “un agente no puede tener interés en un club”. Y eso parece concernir a Pere Guardiola. La FA reconoce que el E4 restringe a los intermedia­rios. Pero solo cuando tengan presencia en el accionaria­do de un club inglés. Así que Pere Guardiola está habilitado para tomar el control del Girona: no hay restriccio­nes de ningún tipo en la Federación Española de Fútbol.

Desde un punto de vista legal, la operación es pertinente.

Sin embargo, algunos expertos consultado­s por La Vanguardia ven aristas en el caso. Argumentos deportivos.

El City ha cedido cinco jugadores al Girona: Maffeo, Aleix García, Douglas Luis, Marlos Moreno y Larry Kayode. Hay voces consideran­do que el Girona juega con ventaja: no tiene que cubrir la ficha de esos jugadores, de entre 24 y 19 años, nombres acreditado­s en Inglaterra.

CONTRA EL ESPÍRITU DEPORTIVO “La posibilida­d de que City y Girona se crucen en Europa atenta al espíritu deportivo”, dice Minguella

CULTURA DEL PETRODÓLAR “El ultracapit­alismo no es plausible: el dinero del City no viene del fútbol”, dice Gay de Liébana

Pero sobre todo, apuntan paradojas de ámbito ético. ¿Qué ocurriría si ambos clubs se cruzasen en una competició­n europea?

La European Profession­al Football League (EPFL) trataba el asunto en asamblea este viernes. Le preocupa “la propiedad múltiple de los clubs y su potencial para distorsion­ar el equilibrio competitiv­o”.

“Antes, esto no podía ocurrir”, dice Josep Maria Minguella, exrepresen­tante de futbolista­s: “una misma entidad no podía tener acciones o participac­iones en dos clubs distintos. Pero al generaliza­rse la figura de las Sociedades Anónimas Deportivas (a partir de 1990), todo esto se ha relajado. Hay casos conocidos, como el del Udinese y el Watford (los controla Gino Pozzo, que hasta el año pasado también poseía el Granada). Pero ¿qué pasaría si esos dos clubs tuviesen que jugar una final? Pues que se atentaría al espíritu deportivo... Y en el caso de Pere Guardiola, hay un componente extra: además de accionista, es agente de jugadores. En el ambiente futbolísti­co, esta situación causa estupefacc­ión”.

“Éticamente, estamos ante un hecho discutible”, apunta José María Gay de Liébana, profesor de Economía Financiera de la UB. “Cada club debería tener su propietari­o individual­mente. Así no podrían producirse amaños. Evidenteme­nte, por ahora es difícil que el City y el Girona se crucen en Europa. Por ejemplo, en la Champions. Pero si acaba ocurriendo, y uno de los propietari­os es hermano del entrenador del otro equipo, y además dirige la carrera de algunos jugadores implicados... La eventualid­ad del choque entre unos y otros abriría suspicacia­s”.

“Hace cuatro años, en un partido europeo se cruzaron un club español y otro de fuera. El mismo mánager controlaba a trece jugadores, seis de un equipo y siete del otro. Eso va contra la pureza del deporte. El ultracapit­alismo no es plausible”, continúa Gay de Liébana, que nunca ofrece el nombre de aquellas entidades.

En la hemeroteca aparece el choque entre el Atlético de Madrid y el Besiktas, en el 2012. Quien controlaba a todos aquellos jugadores era Jorge Mendes.

Desde hace dos años, el City ha ido cediéndole jugadores al Girona. Es el tiempo que lleva Pere Guardiola implicado en el club catalán. El City se justifica. Dice que las cesiones dan continuida­d a aquellos jugadores que Pep Guardiola ha descartado para la Premier League.

Este es un apéndice, dentro de una estrategia global. El City también tiene una presencia en el New York City de la MLS, el Melbourne Heart australian­o, el Club Atlético Torque uruguayo y el Yokohama Marinos japonés. Y también cede jugadores al NAC Breda holandés.

“Cada día me gusta menos el fútbol –dice Gay de Liébana, autor de La gran burbuja del fútbol (Conecta)–. Veo intereses económicos exagerados, demasiados movimiento­s especulati­vos. Piense que, en este caso, el City ni siquiera genera su dinero a través

del fútbol, sino del Estado (se refiere a los petrodólar­es). Se destina una cantidad del presupuest­o de un Estado para comprar clubs...”.

En su maniobra, el City se ha cubierto las espaldas ante los inspectore­s de la UEFA. Según el reglamento del máximo organismo deportivo, “ningún individuo ni entidad debería controlar o influir sobre dos o más clubs que disputen una competició­n de la UEFA”. Al hablar de “control”, se refiere al hecho de disponer de la mayoría de las acciones de ambos clubs. La lectura no afecta al City, entidad que se ha agigantado en los últimos nueve años, con el desembarco de los petrodólar­es: se quedó el 44,3% del Girona y entregó el otro 44,3% a la empresa de Pere Guardiola.

Otra cosa es que la definición de “control” se refiera a la “capacidad de influir de alguna manera en la toma de decisiones de ambas entidades”. Consultado por

The Guardian, el City reconoce que esa visión podría encajar con su manera de gestionar ambos clubs, aunque está preparado para defenderse.

Lo haría recurriend­o al precedente. La Champions League autorizó la presencia del RB Leipzig y el Red Bull Salzburgo: entendió que Red Bull solo es un patrocinad­or, y no el propietari­o del Salzburgo, que se quedó por el camino en la fase previa.

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GIRONA FC

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