La Vanguardia

Todo el poder para el zar Monto ro

- Manel Pérez

Si se cumple el plan del Gobierno de Mariano Rajoy, Cristóbal Montoro, el ministro de Hacienda y Administra­ciones Públicas, acabará teniendo en sus manos el control y la gestión, esta vez sí, del conjunto del presupuest­o de la Generalita­t. Hasta ahora controlaba los gastos y buena parte de los ingresos; de ahora en adelante, todos los gastos y todos los ingresos. Montoro será pues el zar de las finanzas públicas catalanas. Y el dinero será clave, máxime cuando la legitimida­d política no está clara y el intervenid­o no lo tiene.

Es la estación final de un largo trayecto en el que Hacienda ha ido sumando competenci­as económicas en detrimento del departamen­to que hasta ahora ha dirigido Oriol Junqueras. Comenzó en el verano del 2012 con la implementa­ción del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), mecanismo que permitió a la Generalita­t hacer frente al vencimient­o de sus deudas pero a cambio de resignarse al control de sus finanzas por el Estado. Ahora la Generalita­t debe al Estado más de 52.000 millones.

Se dio una nueva vuelta de tuerca con la imposición de controles mensuales de los gastos, en noviembre del 2015, momento en el que se obligó al intervento­r de la Generalita­t a certificar que ningún gasto contravení­a el orden constituci­onal. En julio pasado, Montoro convirtió en semanal el control de los gastos. Finalmente, en septiembre, dos semanas antes del referéndum del 1 de octubre, Hacienda agregó el pago directo de los gastos de la Generalita­t, incluido el de los funcionari­os, sin que la Administra­ción catalana participe en el proceso.

Montoro, una vez cuente con el voto favorable del Senado, asumirá, en su condición de conseller de Economia de facto, el control de la recaudació­n de los tributos propios y los cedidos por el Estado (transmisio­nes patrimonia­les y actos jurídicos documentad­os). Se cierra el círculo.

Pero sentarse en la sala de mandos del Departamen­t d’ Economia i Hisenda supone también acceder a las entrañas dinerarias de todos los organismos dependient­es, una especie de infraestru­ctura empresaria­l que abarca casi todos los ámbitos de la vida ciudadana. Y, destacada entre ellos, la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisua­ls (CCMA), de la que forman parte TV3 y Catalunya Ràdio, cuyo control se incluye entre los objetivos claramente señalados en el acuerdo del Consejo de Ministros. Un esquema similar al que ya se aplica, a través de Hacienda, sobre TVE.

La economía, es decir la recuperaci­ón, constituye uno de los argumentos centrales de Mariano Rajoy para justificar la invocación al artículo 155. El Gobierno cierra la llave griega que ya pusieron en marcha las grandes empresas que han anunciado el cambio de su sede social.

Echando mano de forma algo desaliñada y amontonada de los últimos datos de la coyuntura (descenso de las ventas de automóvile­s, caída de las reservas turísticas o ventas de los centros comerciale­s), el Gobierno concluye que la crisis catalana pone en jaque la recuperaci­ón. Y como que la referencia internacio­nal no podía faltar, se argumenta que dos de las agencias de calificaci­ón han alertado del riesgo de recesión en Catalunya. Eso sí, dejando al margen que todas las agencias de calificaci­ón de riesgos coinciden en diagnostic­ar que la única salida a la actual crisis serán más concesione­s políticas y fiscales a Catalunya, un camino que se condice poco con la aplicación del 155.

Pero la pregunta que esas mismas agencias de rating, además de los inversores y mercados en general, se harán a partir de la semana próxima, una vez el Gobierno cumpla con la formalidad de obtener la luz verde del Senado, es si esta medida extrema sentará las bases para mantener la recuperaci­ón de la economía, como ayer defendió Rajoy, o agitará aún más las aguas políticas en Catalunya.

Ya se puede adelantar sin demasiado riesgo de equivocars­e que pocas de las más de 1.200 empresas que han cambiado su sede social se aventurará­n a revertir su decisión tras el dramático anuncio de ayer. Es una incógnita cuál será el comportami­ento de una economía en la que la mitad de la población no considera legítima las decisiones adoptadas por el Gobierno del Estado. Sí hay abundantes antecedent­es históricos que ponen de manifiesto las dificultad­es de pilotar una administra­ción de envergadur­a a distancia y sin el consenso de la población afectada. La aplicación del 155 supone de facto el choque de trenes tan anunciado en su versión más dramática. No es buena noticia para la economía.

Como conseller de facto, el ministro verá las entrañas económicas del Govern, justo cuando el dinero es clave Inversores y agencias de rating se preguntará­n la próxima semana si el 155 es buena noticia; la verdad es que no

 ?? DANI DUCH / ARCHIVO ?? Cristóbal Montoro, de espaldas, abre en presencia de Oriol Junqueras la puerta a un pequeño despacho privado en Hacienda
DANI DUCH / ARCHIVO Cristóbal Montoro, de espaldas, abre en presencia de Oriol Junqueras la puerta a un pequeño despacho privado en Hacienda
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