No rompáis la cohesión social
Una vez roto el contrato social en países del primer mundo con la crisis, la destrucción de millones de puestos de trabajo y los recortes han hecho crecer las desigualdades y aumentado la pobreza.
La protección de los activos financieros ha chantajeado a las democracias y ha deslegitimado las instituciones públicas al no responder a las necesidades de la gente. En España han sido responsables el PSOE y más el PP, y en Catalunya, CiU. Recordemos los recortes del gasto social, las reformas laborales, la ley mordaza. O el uso político de la Fiscalía para limitar el derecho de huelga encausando a 300 sindicalistas y pidiéndoles prisión.
La ciudadanía ha ido reaccionando de forma tan legítima como diversa con las huelgas generales, el 15-M o el independentismo. Pero el PP sigue con su intransigencia y su hoja de ruta. Su apropiación de la legalidad preocupa más que tranquiliza con acciones fuertemente represivas como la del 1 de octubre o el encarcelamiento de los Jordis. A su vez, el Gobierno catalán ha gestionado mal los tiempos de la expresión independentista, generando fuertes presiones hasta habilitar de forma unilateral un nuevo marco legal propio.
La crisis política de estas semanas ha provocado una fuerte división que empieza a notarse en las relaciones sociales en Catalunya. CC.OO. tiene la responsabilidad de ser la primera bastante social del país y lo ejerce a favor de la cohesión social. Hemos
“No queremos una DUI ni el 155; todavía se pueden evitar las dos cosas, piensen en la gente”
impulsado la Mesa por la Democracia y la Comisión independiente de mediación, conciliación y diálogo con centenares de entidades catalanas. Hemos convocado movilizaciones ante los ataques a los derechos fundamentales y las libertades, con la participación de independentistas y no independentistas. Hemos propuesto una solución política con una doble negociación.
La responsabilidad de los gobiernos es garantizar la convivencia de las pluralidades y diversidades en una sociedad dinámica como la catalana. Deben restablecer las condiciones de convivencia política y social canalizando las tensiones políticas, sociales y económicas de manera que las instituciones ejerzan la representación real de la posición política de la gente.
No queremos una DUI porque no interpela a toda la sociedad catalana y deja fuera a una parte importante. No declararla, no es renunciar al independentismo sino refrendarlo en un país donde la gente del sí reconozca la gente del no y al revés. No queremos el 155 porque profundiza la deriva autoritaria, debilita la democracia y empobrecerá más la clase trabajadora.
Aún se pueden evitar las dos cosas. Piensen en la gente, hallen una solución que cohesione y rebaje la crispación. Si no lo hacen, no cuenten con CC.OO. Si nos buscan, nos encontrarán protegiendo la cohesión social y el bienestar. Con los derechos nacionales y los derechos sociales.