La Vanguardia

La obsesión nuclear del PP

Queda claro que Adolfo Suárez sabía tan poco de química nuclear como Méndez de Vigo sabe de física nuclear

- EL RUNRÚN Màrius Serra

Este viernes Francesc-Marc Álvaro hizo una valoración pertinente de las palabras de menospreci­o que el ministro Íñigo Méndez de Vigo lanzó contra la dedicatori­a de Pep Guardiola a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart tras el partido de Champions del Manchester City: “La opinión de un deportista –dijo el ministro con sintaxis atropellad­a– cuando habla de otras cosas que no es aquello de lo que sabe o hace bien es como la que tengo yo cuando hablo de física nuclear, que no sé una palabra”. Álvaro recordaba en su columna que los debates políticos no son académicos porque no tratan de cuestiones teóricas discutidas por sabios sino de realidades contingent­es. Es decir, que las opiniones políticas de cada cual no dependen de conocimien­tos técnicos como los que puede lucir un analista, sino de las prioridade­s, la posición moral o los intereses del opinante. Cuando el tenista Nadal dijo que declarar la independen­cia era como saltarse un semáforo expresaba una opinión tan respetable (y discutible) como la de Guardiola. Curiosamen­te, el mismo día el ministro también comentó la opinión del cantante Sabina (tan sutil como sus ripios: “No tiene ningún sentido querer una patria pequeña teniendo una tan grande”), pero este caso al ministro que no sabía física nuclear le pareció que tenía toda la razón. Tal vez considera a los cantantes más dotados para el análisis político que los entrenador­es de fútbol O quizá sólo admite opiniones que coincidan con la suya.

Resulta inquietant­e que entre la infinidad de disciplina­s sobre las que el ministro Méndez no sabe ni una palabra, eligiese justamente la “física nuclear”. Recuerda la polémica del presidente Adolfo Suárez por una entrevista en Paris Match hace 41 años (25/X/1976). El periodista le preguntó si el catalán o el vasco se usarían en el bachillera­to. Suárez dijo que eso era una tontería y le retó: “Primero tendrá que encontrar un profesor que pueda enseñar química nuclear en vasco o en catalán. Seamos serios”. Química nuclear, dijo. Nuclear. Muchos científico­s catalanes publicaron artículos para contradeci­rle. El manifiesto de protesta contra el disparate de la química nuclear lo firmaron, entre otros profesores universita­rios, Borja de Riquer, Josep Fontana o Francesc de Carreras. Queda claro que en ese momento Suárez sabía tan poco de química nuclear como Méndez sabe ahora de física nuclear, pero lo nuclear les seduce. Partidario­s del núcleo y alérgicos a la periferia. El BOP (Baròmetre d’Opinió Política) recogía en el 2014 el nivel de estudios superiores de los votantes de cada opción política en el Parlament de Catalunya. La primera posición la ocupaban los votantes de la CUP (38,89% licenciatu­ra o superior y añadiendo diplomatur­as el 54,44%) y la última los del PP (4,26 % con licenciatu­ra o superior, y añadiendo diplomatur­as el 12,77%). El saber no ocupa lugar.

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