Mark Zuckerberg se va de compras
Facebook adquiere una pequeña aplicación, To Be Honest, que triunfa desde este verano entre los adolescentes estadounidenses
Aveces parece que a Facebook no le gustan las aplicaciones que no controla y por eso, si puede, las compra. Es lo que hizo en el pasado con Instagram (2012) y con WhatsApp (2014) y lo que intentó con Snapchat en 2013, por la que estuvo dispuesta a pagar hasta 2.550 millones de euros. Mucho menos ha tenido que pagar la red de redes por To Be Honest (TBH), la red social que triunfa, desde este verano, entre los adolescentes de Estados Unidos. No se ha hecho pública la cifra que Facebook ha pagado por TBH, pero se calcula que su valor es de unos modestos 85 millones de euros.
TBH es una aplicación gratuita que sólo permite que los usuarios se manden cumplidos entre ellos, y siempre de forma anónima. A diferencia de otras redes sociales, en TBH no se puede escribir lo que uno quiere ni hay mensajes directos.
A diferencia de Instagram y WhatsApp, que cuando pasaron a manos de Facebook ya eran casos de éxito global, TBH es mucho más modesta. Primero porque sólo está disponible en 37 estados de Estados Unidos. Y en segundo lugar porque sólo se puede descargar para iOS en la App Store, donde acumula más de 5 millones de descargas, lo que le permitió ocupar, desde el mes de septiembre y hasta la compra por parte de Facebook, la primera posición en el ranking de las aplicaciones gratuitas más descargadas en EE.UU. Según los creadores de la aplicación hasta la fecha los usuarios de TBH han intercambiado 1.000 millones de mensajes.
A pesar de que TBH ha explicado que “cuando nos reunimos con Facebook, nos dimos cuenta de que compartíamos muchos de los valores básicos sobre conectar a las personas a través de interacciones positivas”, quizás las razones del interés Facebook por TBH están en otro lado.
Hace tiempo Mark Zuckerberg dijo que “no compramos empresas por las empresas. Lo hacemos por su gente”. Y eso fue cierto durante un tiempo. Por ejemplo en 2011, se hizo con Sofa, una empresa holandesa, cuyas aplicaciones habían ganado varios premios de diseño de Apple. Facebook se quedó con sus trabajadores, pero no con sus aplicaciones. La compra de Instagram y WhatsApp rompió esta filosofía.
Cuando Facebook trató de comprar Snapchat, en el 2013, se dijo que tras la operación estaba el interés de Facebook por recuperar a los usuarios más jóvenes que habían perdido el interés por ella en favor de Snapchat. La red social de vídeos efímeros cerró el 2016 con 158 millones de usuarios en todo el mundo, y se calcula que su penetración entre los jóvenes estadounidenses de entre 18 y 29 años, según un estudio del Pew Research Center, es del 30%. Los usuarios de esta franja de edad también son los que más usan las aplicaciones anónimas (10%). Entre los jóvenes de 13 a 17 años, según otro informe de la Universidad de Chicago, el uso de Snapchat alcanza el 75%, mientras que “sólo” usan Facebook un 66% (en el 2015 eran el 71%). TBH es una aplicación que ha triunfado en la franja de edad en la que Facebook es menos fuerte
Tras la compra de Instagram, subyacía exactamente lo mismo. Cuando fue comprada por 1.000 millones de dólares, Instagram sólo tenía 13 empleados, pero empezaba a ser la aplicación más usada por los jóvenes para compartir fotografías.
Desde 2011, Facebook que nació como una aplicación de escritorio apuesta por el móvil sin ser –al contrario que Google, su gran rival–una empresa que fabrique hardware. Y es que Zuckerberg quiere demostrar que se puede dominar la experiencia de los usuarios en el móvil sin fabricar teléfonos. Para ello, nada más fácil que integrar cuantas más apps mejor. De momento, algunas de las aplicaciones más usadas del mundo ya forman parte del universo Facebook: WhatsApp, Instagram, Messenger, la propia Facebook, y ahora TBH. De todas estas, sólo dos han sido desarrolladas originalmente por Facebook. Para el resto, Zuckerberg se fue de compras.
La red incluye en su universo algunas de las aplicaciones más descargadas en todas las plataformas