YSL perdura en París y Marrakech
Inauguración de dos museos sobre el modisto
Museo Yves Saint Laurent Paris: el 3 de octubre, la mansión que desde 1974, en el 5, avenue Marceau, de París, y a dos pasos del Sena, fuera hervidero de trabajo, escenario de crisis nerviosas y meca de las 30.000 mujeres que en todo el mundo podían pagarse alta costura, renació museo. Pocas representantes de las 200 manitas, costureras que convierten vestidos en artesanía de lujo, entre el millar de invitados.
De museo también algunas presencias, según las malas lenguas. De Bianca Jagger en smoking blanco, pero apoyada en un bastón tachonado de nácar, hasta Paloma Picasso, pelo cortos y réplica en femenino del abuelo. Las decenas de camaradas de ruta del modisto, y la musa Catherine Deneuve, acompañaron a los elegidos, con cartón multicolor firmado por Madison Max, paisajista y viudo de Pierre Bergé, para repetir festejo en Marrakech el 14 de octubre. Su alteza real la princesa Lalla Salma, vestido de crêpe Saint Laurent rive gauche 1983, inauguró la versión africana del museo, en la rue Yves Saint Laurent.
Bergé, compañero del modisto pero también su Pigmalión, le construyó un mausoleo por partida doble, más visible que los del cementerio. Para perpetuar el arte del único modisto al que el MOMA de Nueva York expuso en vida.
Argelino de Orán, Yves tiene 19 años cuando Christian Dior lo convierte en su asistente. Y 21 cuando, tras el súbito fallecimiento del célebre modisto, lo reemplaza. Con éxito. En 1958 su primera colección solista, Trapecio, triunfa en el microcosmos. Dos años después, la mili. Los propietarios de la marca, celo- sos, aprovechan para echarlo. Ahí entra en juego Bergé, su pareja desde 1958: crea una Maison Yves Saint Laurent, apuesta insolente cuando el nombre sólo circulaba entre los conocedores. La Maison cerró el 2002, tras una multitudinaria conferencia de prensa/desfile en el Centro Pompidou.
Saint Laurent murió seis años después, con 62. Pierre Bergé transformó la casa de costura en Fundación, mientras invertía tiempo y dinero en la realización de los dos museos. Es decir, el hábitat de los 5.000 modelos de alta costura que
Más de 5.000 vestidos de alta costura, fotos y otros objetos recogidos por Pierre Bergé, que falleció en septiembre
constituyen el fondo. Del legendario smoking de 1966 al no menos mítico corazón (estrás gris ahumado, cristal rojo y perlas blancas) que desde 1962 era el amuleto de YSL.
Ya desde 1982, Bergé ponía una etiqueta M (museo) en ciertos vestidos. Tres lustros después creo una “asociación para que irradie la obra de YSL”, con las condiciones de temperatura y humedad para conservar modelos, incluidos 65 Christian Dior del periodo de 1955-60, el del joven Yves. En fin, documentos, libros, cartas. Y más de 1.000 fotos. Sin olvidar sus retratos pintados por Bernard Buffet o Andy Warhol.
Como en alta costura, donde los detalles son fundamentales, Bergé, fallecido el pasado 8 de septiembre, a sus 86 años, nunca dio puntada sin hilo. Último legado, el libro catálogo lo edita la Reunión de los museos nacionales de Francia, lo que confiere a los dos museos rango equiparable al de esos faros culturales. Y ya está en marcha museeyslparis.com que “más que una prolongación de la mansión parisina debe ser, a término, un tercer museo, virtual”.