La galería Marlborough expone la pintura hiperrealista de Richard Estes
Jean Denant dibuja bosques en madera y construcciones en yeso
No ha sido fácil ni frecuente ver pinturas de Richard Estes en Barcelona. En Madrid sí se pudo ver una muestra retrospectiva en el año 2007, que tuvo lugar en el Museo Thyssen-Bornemisza. La exposición de obra reciente que expone Marlborough es la primera individual que presenta en una galería de Barcelona este artista norteamericano nacido en 1932 y considerado uno de los mejores exponentes de la pintura hiperrealista.
Hace años Estes dedicó a Barcelona un cuadro importante, una vista panorámica desde la Sagrada Família, que se situaba en la línea de otros panoramas urbanos, como el de San Francisco desde Twin Peaks, topónimo que tiene sustanciosas resonancias gracias a la serie de Lynch y Frost. En la actual muestra predominan los paisajes urbanos de Nueva York, menos panorámicos y más fragmentarios. Casi siempre imágenes de lugares públicos, especialmente centros comerciales y medios de transporte. La mirada de Richard Estes no es meramente fotorrealista, pues a menudo reúne en una misma imagen elementos pertenecientes a otro momento o a otro lugar. Pero sí es neutra y prosaica, y por ello me parece que está muy lejos de las visiones de otros artistas con los que se le ha comparado, como el sublime Vermeer o el sombrío y romántico Piranesi. En la pintura de Estes apenas cuentan la vida interior, el sentimiento y el espíritu, pero ello no implica que su obra carezca de significado. Estes representa pictóricamente aspectos del mundo moderno, especialmente la clara preponderancia del objeto sobre todo lo demás, incluido el ser humano, así como las desproporciones y desórdenes que se derivan de ello.
Tiene predilección por las superficies metálicas y los vidrios y desde los inicios de su trayectoria juega con las cualidades opacas, reflectantes o transparentes de los elementos arquitectónicos. Sería interesante confrontar sus paisajes urbanos –a menudo centros comerciales o vagones de metro– con los de ciertas fotografías de Andrecuencia as Gursky, Lee Friedlander y otros artistas que han trabajado de un modo ya no pictórico, sino específicamente fotográfico, la fragmentación en los paisajes urbanos. Marlborough Barcelona. Enric Granados, 68. Hasta el 4 de noviembre.
Jean Denant. Rocío Santa Cruz presenta la primera exposición individual de Jean Denant en Barcelona y en España. Este artista francés, nacido en Sète en 1979, lleva a cabo una serie de reflexiones en torno a la representación y con fre-
hace que coincidan los materiales de su obra con los materiales representados: bosques dibujados en soporte de madera y edificios en soporte de yeso y otros materiales de construcción. Sus obras de pared pueden parecer pinturas al ser reproducidas, pero en realidad son una especie de bajorrelieves contemporáneos, donde las formas y figuras representadas se han dibujado e iluminado mediante excavaciones en la materia, como en un gran grabado o xilografía. En sus imágenes de bosques se distinguen los logotipos de los chapados industriales de madera. Lo único discutible de esta exposición es que el artista envuelve su discurso con un innecesario repertorio de tópicos postconceptuales característicos de una parte del arte actual. Sin embargo, la obra de Denant es interesante y a veces sugestiva. Rocío Santa Cruz Art. Gran Via de les Corts Catalanes, 627. Hasta el 18 de noviembre.
Fina Oliver. Víctor Saavedra expone obras recientes de esta artista, que hace pocos años logró renovar su obra mediante una espléndida serie de dibujos tejidos a mano. En esta ocasión cambia de registro y el resultado es a menudo melancólico. Galería Víctor Saavedra. Enric Granados, 97. Hasta primeros de noviembre.
Isabel Muñoz. N 2 presenta una cuidada selección de platinotipias de esta muy premiada y prestigiosa fotógrafa nacida en Barcelona y residente en Madrid. Desde hace treinta años Isabel Muñoz ha trabajado sobre todo a partir de los cuerpos y de las miradas de las personas retratadas y con frecuencia su obra se centra en las expresiones corporales mediante la danza, los tatuajes, el movimiento o la lucha. Su obra, como la de García Alix y otros, podría servir para reflexionar sobre lo fotogénico y sus límites. Pero, afortunadamente, en su caso un cierto efectismo se acompaña de una intuición fotográfica y de un dominio técnico extraordinarios. Aunque son más conocidas sus fotografías de aspecto más artístico y esteticista, en mi opinión esa certera intuición se manifiesta con mayor claridad en sus reportajes. En su obra abundan la sensualidad y la violencia, pero últimamente se nota un mayor compromiso con los aspectos humanista y social. En su reciente serie Primate los gorilas retratados por ella en la selva muestran una dignidad semejante a la que se puede apreciar en un retrato de una Virgen o de una dama renacentista. N 2 Galería. Enric Granados, 61. Hasta el 31 de octubre.