La Vanguardia

Una noche sin agobios

El Madrid gana al Eibar en un buen partido de Asensio con Benzema en el banquillo

- CARLOS NOVO Madrid

El Bernabeu vivió la noche más plácida de lo que llevamos de temporada. El Madrid se deshizo sin problemas del Eibar sin necesidad de un gran fútbol. Le bastó con una buena actuación durante una hora de Marco Asensio, que reinó en medio de una alineación rara. Benzema se quedó en el banquillo después de la defensa cerrada que hizo de él Zidane en la rueda de prensa del sábado. Las cosas de Zidane. Dejó sin jugar “al mejor con diferencia”.

En lo que sí tuvo razón el técnico fue cuando aseguró que su equipo podía jugar sin nueve. Anoche nadie fijó a los centrales del equipo armero. El Madrid se desplegó en ataque por las bandas y la zona del nueve la ocupó ocasionalm­ente Cristiano o Asensio. Y muchas veces nadie.

La ausencia de Benzema no fue la única sorpresa en el once. También descansaro­n dos tan habituales como Kroos y Marcelo. Era la ocasión de Theo y de Ceballos. El lateral cumplió, pero el sevillano tuvo un día bastante discreto, lo mismo que Isco, quien comenzó el partido fallando un mano a mano con Dmitrovic tras un pase estelar de Asensio. El malagueño dejó alguna que otra virguería de las suyas, pero estuvo muy lejos de resultar determinan­te.

El Eibar pasó por Madrid sin decir demasiado. La temporada pasada empató y puso el listón muy alto. Mendilibar dispuso una presión adelantada hasta el centro del campo. Su valentía incomodó al Madrid, espeso en muchas fases del juego, pero no le evitó una derrota clara. Nunca tuvo opciones serias de poder puntuar.

El Eibar cometió el error que más se paga en el Bernabeu. Encajó muy pronto un gol, lo que distendió a la grada. Para más desgracia, fue un autogol. Al defender un córner Paulo Oliveira se anticipó a Sergio Ramos en el salto, pero con tan mala suerte que su cabezazo en lugar de despejar el balón lo mandó a la escuadra contraria a la defendida por su portero.

Si Dmitrovic no pudo hacer nada en el primer gol cantó sobremaner­a en el segundo, el que mató el partido antes de la media hora. La jugada vino muy rápida, un pase de Isco sobre Asensio que, sin pensarlo, se revolvió y remató duro y ajustado al palo. El serbio hizo la estatua.

La segunda parte comenzó sin variar los planteamie­ntos de uno y otro e igual que en el primer acto enseguida dispuso Isco, otra vez a pase de Asensio, de un mano a mano con el portero y también se lo sacó Dmitrovic. La acción del serbio adormeció al Madrid, que entró en una fase apática. El Eibar se vio con el balón y empezó a llegar con mucha gente a las cercanía de Casilla.

Al cuarto de hora el Eibar reclamó penalti de Casemiro por patada a Inui. Hubiera podido ser la segunda amarilla, pero el colegiado no pitó nada. Ahí se acabó el Eibar. Entró Benzema por Asensio y lo primero que hizo fue fallar un gol fácil después de otro mano a mano desperdici­ado esta vez por Cristiano.

El tercer gol llegaría en la jugada mejor trenzada, rematada por Marcelo tras taconazo de Benzema, tan genial para lo difícil, como ineficaz en lo fácil.

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JAVIER LIZÓN / EFE Cristiano no marcó y se mantiene con un solitario gol en la Liga, en cinco partidos disputados

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