Golazos Guedes
Al portugués, con una pierna derecha prodigiosa, le comparan con ‘el Piojo’ López y Villa
Los que han jugado en Mestalla con la camiseta del Valencia saben lo difícil que es salir con el coche por la Avinguda de Suecia. Cuando el equipo está inmerso en una mala racha
–si hay una afición de mecha corta es la che– es un suplicio atravesar esa calle. Los seguidores se agolpan en la puerta del parking para increpar a los jugadores, a los que les llueven restos de bebidas y escupitajos. El “Mercenario, vete a tu casa” se paga a 1,01 en las apuestas en esos paseíllos de noches amargas. Ah, pero cuando las cosas van bien. Esa es otra historia.
Lo comprobó el sábado Gonçalo Guedes (Benavente, 29/XI/1996), que aún no conoce esa otra cara malhumorada de la grada. Con 20 años es el jugador sensación del equipo de Marcelino García Toral, que está segundo en la Liga. Apareció el coche de Guedes y la gente lo siguió hasta que se detuvo en un semáforo rojo. El joven portugués iba en el asiento de detrás y bajó la ventanilla. “Eres el mejor”, le gritó un niño que se hacía una foto. “Eres un grande”, le dijo uno que le pasaba una libreta para que le firmase. “Vaya golazo, eh”, exclamó otro antes de que el coche arrancase.
Lo pudo decir perfectamente en plural porque al internacional luso (3 partidos) ya se le apoda Golazos Guedes. Ha marcado tres para quitarse el sombrero. Contra el Betis, la semana pasada, quitó las telarañas a la portería del Villamarín con un disparo seco y colocadísimo desde la frontal. Contra el Sevilla, el sábado, arrancó en carrera en su campo, llegó hasta el área, regateó a Kjaer y Pizarro y batió a Rico con un trallazo cruzado a la otra escuadra, la izquierda del meta. Después, en la segunda parte, se plantó ante el portero y le tiró una vaselina.
Los tres con una pierna derecha que es un guante para asistir y un cañón para chutar. “Una de sus mejores características es el disparo lejano”, revela João Tralhão, su entrenador en los juveniles del Benfica. “En la Youth League hizo uno igual contra el City de Vieira. Íbamos perdiendo en Manchester y ganamos”. El técnico se refiere a la temporada 201314. Aquel año destrozó al PSG (1-4), al City (1-2) y al Madrid (0-4). Sólo perdió la final contra el Barça de Munir, Adama y Kaptoum.
También el Atlético lo sufrió. En el 2015 ya en la Champions, con 18 añitos, marcó un gol a Oblak en el Calderón. Sin embargo, Simeone prefirió fichar al argentino Gaitán. En cambio, el PSG no se olvidó del chaval y en enero del 2017 pagó 30 millones a las águilas lisboetas por Guedes, que ese verano con la llegada de Neymar y Mbappé se quedó sin sitio en París.
Jorge Mendes lo acomodó cedido en el Valencia en el último día del mercado y en Mestalla ya le comparan con Claudio López o David Villa, por llevar el mismo dorsal, el 7, que dos de los grandes mitos del valencianismo reciente. Aunque difícilmente Guedes esté en el equipo cuatro años como
el Piojo. Porque Emery ya lo sigue de cerca. Sus golazos llaman la atención.
El ritmo del portugués, potente y trabajador, que puede jugar en la izquierda en el 4-4-2 o como segunda punta, no lo puede aguantar ni el propio Marcelino, que se lesionó en Anoeta después de que Guedes se inventase una asistencia inverosímil con el exterior para que Zaza marcase el 2-3 definitivo a falta de cinco minutos. “Ya estoy mayor”, dijo el entrenador. Todo lo contrario que Golazos Guedes.