Tarragona se acercará al mar con una nueva pasarela
El Ayuntamiento y el puerto apuestan por un hotel para revitalizar el ‘abandonado’ puerto deportivo
Ocho minutos. Este es el tiempo que se tardará caminando desde el Balcó del Mediterrani, en la Rambla Nova de Tarragona, hasta el paseo marítimo y la playa del Miracle. Un tramo que ahora requiere una media hora a pie. La pasarela por encima de las vías del tren abrirá, por fin, el centro de la ciudad al mar. La fachada marítima de Tarragona está a punto de transformarse: la remodelación del paseo está en marcha y también la recuperación del emblemático edificio, cerrado desde el 2010, que fue sede de la Autoritat Portuària. Asimismo, la mejora de la accesibilidad a la playa da una segunda oportunidad al puerto deportivo que ahora tiene casi medio centenar de locales cerrados. “Uno de los argumentos para construir la pasarela fue precisamente para potenciar el puerto deportivo”, explica Josep Andreu, presidente de la Autoritat Portuària de Tarragona (APT).
El puerto ha financiado las obras de la pasarela –1,7 millones en una construcción ligera de 300 metros de longitud y dos ascensores que permite salvar 17 metros de desnivel por encima de las vías del tren– y también pagará la remodelación del paseo marítimo de la ciudad hasta la zona de la polémica plataforma de hormigón, que finalmente no se derribará. De la rehormigón modelación de este tramo y hasta la playa de la Arrabassada se encargará el Ayuntamiento.
“Desde finales del siglo XIX la ciudad quiere llegar al mar”, mantiene el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), quien reconoce que “la pasarela no es la mejor de las opciones, lo ideal hubiera sido soterrar las vías del tren, pero esto no es una opción realista ni posible en estos momentos”. Aun así el alcalde reconoce que “la pasarela será probablemente una de las obras más importantes de los últimos años en la ciudad”. El grado de ejecución de las obras ya alcanza el 70% y aunque el calendario se ha retrasado sobre lo programado inicialmente, está previsto que pueda abrirse al público durante el primer trimestre del próximo año.
En paralelo, el puerto tiene previsto licitar las obras de remodelación del paseo marítimo antes de Navidad, después de que el Ayuntamiento diera el visto bueno en el último pleno municipal de la cesión del espacio. Será la primera intervención que se hace en esta zona desde que, hace 40 años, se urbanizó esta avenida. La intervención supone una inversión de 1,4 millones de euros: Se eliminará un carril de coches y se prohibirá el estacionamiento de vehículos para priorizar el espacio para peatones y se incorporará vegetación (ahora no hay árboles ni plantas).
Además, se habilitará un carril para bicicletas y otro para corredores dando continuidad así al diseño de “kilómetro 0” implantado en el espigón del puerto y donde cada día entrenan cientos de deportistas.
“La idea es remodelar íntegramente toda la zona, desde el espigón y hasta la plataforma de manteniendo una continuidad en el diseño e integrando también la antigua sede del puerto y su entorno”, explica Josep Andreu. Este emblemático edificio, cerrado desde 2010 estuvo a punto de demolerse pero ahora recobrará protagonismo. La apuesta es reformarlo completamente y ubicar en tres plantas servicios portuarios y alquilar las otras dos para oficinas. Estas obras y las de adecuación de todo el entorno
MENOS COCHES
El nuevo paseo incorporará vegetación y destinará espacio a ciclistas y corredores
EDIFICIO SINGULAR
La antigua sede del puerto, cerrada desde el 2010, albergará otra vez servicios portuarios
del edificio –se eliminarán las estructuras levantadas posteriormente– se licitarán también a finales de año.
La otra gran pieza para revitalizar la zona es el puerto deportivo. Inaugurado a mediados de los noventa, en muchos de los casi sesenta locales comerciales del puerto, se instalaron bares de copas y discotecas. El puerto concentró durante unos años el ocio nocturno de Tarragona hasta que empezaron a surgir problemas: “Había peleas, conflictos e incluso actuaban gru-
pos de delincuencia organizada”, recuerda el alcalde. El ambiente empezó a deteriorarse a partir del 2006 y el cierre del paso a nivel de la plaza de los Carros acabó por aislar el puerto deportivo de la ciudad.
Actualmente sólo están ocupados una decena de locales, tres de ellos son de buceo y material náutico y el resto de restauración. El puerto deportivo lo gestiona –por una concesión de la Autoritat Portuària que expira en 2023– la sociedad Nàutic Tarragona. Tras un cambio en la distribución accionarial, actualmente el socio mayoritario es el Reial Club Nàutic, que tiene en un extremo del puerto sus instalaciones. “Para renovar la concesión, la empresa gestora tiene que comprometer una inversión de 2,7 millones de euros, algo que iría muy bien para generar confianza a los empresarios y que se vuelva a invertir en los locales comerciales”, mantiene el presidente del puerto.
Tanto él como el alcalde apuestan por la posibilidad que se abra un hotel en el espigón perpendicular al paseo, “podría ser un edificio singular, salvando todas las distancias, como el hotel W de Barcelona –afirma Andreu– es una opción posible y que se ha contemplado; es verdad que requiere una tramitación administrativa especial y que tiene que aprobar el consejo de ministros, pero es viable”.
El alcalde de Tarragona descarta que la zona vuelva a convertirse en el centro de ocio nocturno de la ciudad, “generaba muchos problemas a los vecinos de esa zona”, insiste. Ballesteros es partidario de constituir una comisión mixta en la que participen Ayuntamiento, puerto y Nàutic, para proyectar el futuro del puerto deportivo, “que
Horarios limitados y oferta de actividades de ocio diurno en la zona portuaria deportiva
debería ser un lugar principalmente de ocio diurno, un sitio donde poder pasear y también tomarse una copa pero con unos horarios limitados”. También Andreu es partidario de esta opción para compatibilizar y potenciar la zona deportiva y de amarres de embarcaciones.