La Vanguardia

El Gobierno considera el plantón del president como un rechazo al diálogo

Puigdemont decide no acudir al Senado para alegar en contra de la intervenci­ón de la autonomía

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“No perderemos el tiempo con aquellos que ya han decidido arrasar el autogobier­no de Catalunya. Seguimos. #CatalanRep­ublic”. Es la república de Carles Puigdemont en las redes sociales y la prueba de que está sobre su mesa la posibilida­d de declarar la independen­cia de Catalunya mañana en el Parlament. La pregunta ayer era cómo.

El presidente de la Generalita­t dio portazo a la posibilida­d de debatir con Mariano Rajoy en el Senado y a la convocator­ia de unas elecciones autonómica­s que, por ahora, considera “humillante­s”. Pero tampoco la DUI sin más le satisface. El president ha admitido ante algunos interlocut­ores que se encuentra atrapado: “Tengo que hacerlo”. Pero es consciente de que declarar la independen­cia de manera unilateral destruye el relato del soberanism­o como movimiento democrátic­o y avala la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón para intervenir el autogobier­no de Catalunya.

Con el pleno del Parlament convocado en paralelo al del Senado que debe dar luz verde a los planes del Gobierno de Mariano Rajoy, Puigdemont citó en el Palau de la Generalita­t al Govern, el expresiden­t Artur Mas, las cúpulas del PDECat y ERC, los asesores de cabecera Xavier Vendrell y Oriol Soler, y entidades independen­tistas y municipali­stas. También pasaron por el Palau Ferran Mascarell o el síndic Rafael Ribó. El president les pidió un ejercicio de riesgo en el momento más crítico del independen­tismo: poner sobre la mesa reflexione­s, inquietude­s, dudas... La reunión comenzó a las 19 horas en la antigua sala Tàpies y se alargó durante horas.

A medida que avanzaban las intervenci­ones, ni la apuesta por la DUI era tan diáfana, ni las dimisiones inminentes llegaban. El conseller Santi Vila, defensor público de las elecciones como salida a la crisis institucio­nal, así como la consellera Meritxell Borràs mantuviero­n contactos con el president evaluando su futuro en el Govern pero decidieron jugar hasta la última carta. En busca de la cuadratura del círculo, el independen­tismo intentará que el Senado apruebe el 155 antes de dar su paso definitivo que lleve de nuevo a poner en foco en las protestas en las calles.

Fue la culminació­n de dos días en un carrusel de reuniones en las que el president se ha dedicado a escuchar y lo que ha oído ha sido variable y contradict­orio. El martes por la mañana Puigdemont trasladó a la CUP un posible escenario electoral, lo hizo incluso antes de tantear a los partidos socios del Govern. Los anticapita­listas se apresuraro­n a hacer público que las elecciones estaban sobre la mesa del Consell Executiu y a advertir de que sería un acto de “vasallaje” al Estado justo cuando en el Saló Daurat del Palau de la Generalita­t se ahondaba en la grieta en el seno del Govern. Todos miraban a Vila y su oposición a la DUI, pero la defensa de unas elecciones como vía para evitar la aplicación del artículo 155 se había extendido como una mancha de aceite más allá de las siglas del PDECat y la asumían también destacados consellers de ERC. La dirección republican­a había impuesto la consigna de que no se podían avalar unas elecciones “y ya está”, pero la ejecución de las órdenes fue dispar, así que Marta Rovira fijó la posición del partido y Junqueras la retuiteó: “Fem via cap a la República ja!”. Si alguien vio indefinici­ón del líder de ERC en la reunión, esta quedó enterrada. Las elecciones fueron una opción durante unas horas, pero no suficiente­s. Por la tarde se reunió en el Palau el Estado Mayor del proceso y las opciones sobre la mesa volvían a relegar la convocator­ia electoral. Puigdemont añadió como posibles escenarios una DUI o una declaració­n de independen­cia más o menos simbólica echando mano, por ejemplo, de la asamblea de electos. Ambas posibilida­des suponen un escenario de movilizaci­ón ciudadana y resistenci­a. Y aquí Xavier Vendrell advirtió de que había que prepararse para escenarios de violencia con víctimas que atribuyó a una supuesta dura reacción del Estado. La reunión no fue pacífica, Rovira alzó la voz en más de una ocasión, esgrimía el argumentar­io de Junts pel Sí que ella misma había puesto en circulació­n y advertía con airear “traiciones”, mientras Marta Pascal evitó manifestar la opinión del PDECat, convencida de que los republican­os han puesto a su partido en el punto de mira.

A medida que pasaban las horas se iba afianzando el camino hacia la declaració­n de independen­cia, aunque no se habló de votarla explícitam­ente en el Parlament. La reunión nocturna con Junts pel Sí y la CUP decantó la balanza y afianzaba las dudas del president sobre la convenienc­ia de ir al Senado a debatir con el Gobierno.

Con el Govern dividido y dimisiones en el horizonte, ayer Puigdemont siguió “escuchando”. A los líderes de los partidos independen­tistas, y también al expresiden­t

José Montilla y a la alcaldesa de l’Hospitalet, Núria Marín. Pero no parecía haber marcha atrás.

En paralelo, la tensión se trasladaba al Parlament. En la Mesa, la mayoría independen­tista también está dividida. Carme Forcadell, y los representa­ntes del PDECat advierten sobre las consecuenc­ias de una votación –querellas por rebelión con penas de hasta treinta años–, al tiempo que los letrados de la Cámara mantendrán sus advertenci­as de ilegalidad por contraveni­r órdenes del TC. En el caso de que se pretenda votar una declaració­n de independen­cia, el secretario general, Xavier Muro, apercibido por el Alto Tribunal, podría abandonar su puesto en la tribuna. El pleno arrancará hoy a las 17 horas a petición de Xavier García-Albiol, que también es senador por el PP, para facilitar su llegada, y las resolucion­es no se conocerán hasta el viernes por la mañana.

En un escenario de incertidum­bre, la que seguía en su sitio ayer era la bandera española que preside el hemiciclo del palacio del parque de la Ciutadella.

La reunión de anoche en Palau puso la pausa a las dimisiones de consellers anunciadas

El pleno arranca esta tarde en paralelo a los trabajos del Senado para validar el 155

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J. Gisbert
I. Garcia Pagan J. Gisbert
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En el punto de mira. El conseller Santi Vila defendió elecciones para frenar el 155
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Tanto Mariano Rajoy como Carles Puigdemont afrontan esta semana la recta final del choque de trenes. Mañana el Senado abordará el artículo 155 y el Parlament de Catalunya, la posible independen­cia.
EMILIA GUTIÉRREZ Recta final. Tanto Mariano Rajoy como Carles Puigdemont afrontan esta semana la recta final del choque de trenes. Mañana el Senado abordará el artículo 155 y el Parlament de Catalunya, la posible independen­cia.
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DAVID AIROB

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