La Vanguardia

Detenido el todopodero­so ministro de los Kirchner por corrupción

Julio de Vido se entrega en los juzgados tras serle retirada la inmunidad

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

“Mándenle champán a la doctora Carrió”. La frase es del otrora todopodero­so ministro kirchneris­ta Julio de Vido y fueron sus únicas palabras al entrar en los tribunales federales de Buenos Aires, antes de ser detenido. La doctora es Elisa Carrió, diputada y una de las principale­s aliadas del presidente Mauricio Macri, que lleva años denunciand­o a De Vido por corrupción.

Minutos antes el Congreso, con los escaños vacíos del kirchneris­mo, había aprobado la retirada de la inmunidad del exministro, que es diputado. Inmediatam­ente tras la votación, la policía se presentó en el domicilio de De Vido, para cumplir las dos órdenes de detención que pesaban sobre él. Dos centenares de personas se plantaron frente al edificio, en la céntrica avenida del Libertador

de Buenos Aires, gritando “¡Sí, se puede!” o “¡No vuelven más!”, en referencia a los kirchneris­tas. Sin embargo, De Vido no estaba en su piso y a esa hora se entregaba voluntaria­mente en los juzgados para evitar el escarnio público.

El juez Luis Rodríguez le acusa de malversaci­ón por pagar a empresas multimillo­narias cantidades para realizar obras, que nunca se llevaron a cabo, para modernizar la mina de carbón de Río Turbio. Por su parte, el juez Claudio Bonadio ordenó su detención por desviar 338 millones de euros al comprar, con abultados sobrepreci­os, cargamento­s de gas licuado sin licitación

Los colaborado­res más cercanos del exministro ya estaban en prisión, incluyendo su cuñado, Claudio Minnincell­i, acusado de lavado de dinero. Igualmente cumple prisión su mano derecha, Roberto Baratta, exsubsecre­tario de Coordinaci­ón y Gestión, o el exsecretar­io de Obras Públicas, José López, que se

El extitular de Planificac­ión ocupó el cargo doce años, con Néstor Kirchner y Cristina Fernández

hizo mundialmen­te famoso al ser pillado tratando de esconder siete millones de euros en un convento.

Además, De Vido es investigad­o por otras causas de corrupción y actualment­e es juzgado por su responsabi­lidad en el accidente de tren del 2012 en la estación de Once, donde murieron 51 personas, y por el que ya cumplen condena otros exfunciona­rios, como el exsecretar­io de Transporte, Ricardo Jaime.

De 67 años, De Vido fue uno de los pocos ministros que permanecie­ron en el cargo los doce años kirchneris­tas (2003-2015). Y el más poderoso. Amigo del matrimonio presidenci­al, ocupó, tanto con Néstor Kirchner como con Cristina Fernández, la cartera de Planificac­ión Federal, gestionand­o miles de millones invertidos por el Estado en obras públicas e infraestru­ctura.

La detención de De Vido se produjo tres días después de la victoria de Macri en las elecciones legislativ­as. Carrió celebró el encarcelam­iento: “El ministro más corrupto de la historia argentina va preso”, tuiteó la diputada. Con humor, Carrió respondió a De Vido: “Que no me manden (champán), porque no tomo alcohol”.

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JUAN MABROMATA / AFP / ARCHIVO Julio de Vido con la entonces presidenta Cristina Fernández, en una imagen de agosto del 2014

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