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En Sant Gervasi nace el multidisciplinar Teatre de la Gleva
Esta tarde reabre, con un espectáculo infantil, el Aquitània Teatre, la antigua sede de la Filmoteca de Catalunya en la avenida Sarrià, que en lo sucesivo tendrá una programación doble, de comedia y de cabaret y magia.
Son tiempos convulsos, pero estos días nacen dos teatros en Barcelona. De hecho, uno renace. Esta tarde reabre el Aquitània Teatre, la antigua sede de la Filmoteca de Catalunya en la avenida de Sarrià, que ya tuvo una breve vida como teatro a partir del 2013. Y reabre sus 360 localidades con un espectáculo infantil de tarde, aunque en las próximas semanas comenzará ya a funcionar una programación doble de comedia y de cabaret y magia. Pero además este jueves ha abierto también sus puertas el nuevo Teatre de la Gleva, en Sant Gervasi, cerca de plaza Molina, un espacio mucho más pequeño, de 80 butacas, que quiere ofrecer una programación multidisciplinar, ecléctica pero con calidad, que incluya teatro de texto, magia, danza o humor, como el del espectáculo con el que han abierto sus puertas, Mali Vanili, Lo nostre no funciona.
Mucho humor habrá también cuando el Aquitània arranque a pleno rendimiento su nueva etapa el próximo 4 de noviembre con McGuffin, un montaje dirigido por el humorista Carlos Latre y protagonizado por Jordi Ríos y Mònica Pérez. La idea de Toni Coll y Xavi Fuster, cabezas visibles del nuevo proyecto y que llevan años en el mundo del teatro como productores, distribuidores y programadores, es que haya de jueves a domingo doble función cada día, la primera de teatro de texto en clave de comedia y la segunda, más canalla, con magia y cabaret. Esa franja horaria del Aquitània la estrenará el día 9 de noviembre el mentalista Luis Pardo con DeMente. Los martes y los miércoles habrá música, y para eso entre las reformas que han acometido para la reapertura figura la insonorización del espacio. Y además habrá espectáculos infantiles como Els tres porquets que abren hoy a las 17 horas y mañana a mediodía la nueva etapa del teatro, que va eminentemente dirigida al gran público. El proyecto del Aquitània Teatre guarda de hecho semejanzas con la nueva etapa del Apolo: en ambos casos ha sido una firma de inversión, en este caso una firma de capital riesgo, la que se ha hecho cargo del teatro y ha contado con profesionales del sector como Coll y Fuster para su gestión.
En cambio, los impulsores del proyecto del Teatre de la Gleva, situado en la calle homónima, saben que no van a vivir de él: el espacio ya servía de plató y estudio fotográfico, y eso lo alimentará, y ahora además funcionará como teatro, cuenta Júlia Simó, una de las impulsoras junto a otra gente del mundo teatral como Albert de la Torre o Bárbara Granados. Simó cuenta que la idea es llevar a cabo una programación ecléctica buscando propuestas de calidad y sin enmarcarse en categorías concretas. Así, además del humor de los Mali Vanili, tiene ya programadas una conferencia espectáculo sobre Shakespeare con Ramon Simó y Joan Alavedra, la maga Gisell, Martín Curletto con Tango a la hora de la siesta, un montaje en el que se cruzan las nuevas tecnologías con los ancianos de una residencia, y Hem vingut aquí a deixar les coses clares, un espectáculo de Jordi Oriol a partir de artículos satíricos de Josep Maria de Sagarra.
La sala que vuelve a arrancar sigue el modelo del Apolo, con un fondo inversor que se une a profesionales del teatro