Un Parlament dividido declara constituida la república catalana
JxSí pidió voto secreto y la CUP lo aceptó mientras se ausentaban Cs, PSC y PP
Fracturado política y sentimentalmente, con la bancada donde se sitúan los grupos de la oposición prácticamente vacía, después de que los diputados de Ciutadans, PSC y PP abandonaran el hemiciclo, el Parlament aprobó ayer en votación secreta –para esquivar posibles consecuencias judiciales–, con 70 votos a favor, diez en contra y dos abstenciones, la declaración de independencia de Catalunya. La mayoría instó al Govern a iniciar el proceso constituyente de la “nueva república”.
“Asumimos el mandato del pueblo de Catalunya expresado en el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre y declaramos que Catalunya se convierte en un Estado independiente en forma de república”, reza el texto de la resolución cuya votación, advirtieron los letrados de la Cámara a la Mesa antes de empezar el pleno, vulneraba las resoluciones del TC.
La declaración fue el colofón de un pleno carente de euforia –a diferencia de lo que ocurriría en la calle tras la proclamación de independencia– en el que se prodigaron las caras de circunstancias, tanto de la oposición como de gran parte de los diputados independentistas –los de la CUP y los varios centenares de alcaldes invitados para la ocasión sí parecían pletóricos–, y en el que se evidenció la división con la que concluye el proceso de independencia que arrancó en el año 2012 con Artur Mas al frente de la Generalitat.
Una sesión parlamentaria, en definitiva, atípica en muchos de los sentidos, marcada por lo que ocurría al mismo tiempo en el Senado y por las secuelas, dimisión del conseller Santi Vila incluida, de la jornada anterior, en la que por momentos parecían más cerca las elecciones autonómicas que la DUI.
Como pasó el jueves, ayer el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, declinó tomar la palabra, para enojo de los presidentes de los grupos de la oposición que así se lo reclamaron apelando a la trascendencia del momento. Puigdemont sólo habló una vez levantada la sesión, en la escalinata del hemiciclo ante los centenares de alcaldes independentistas.
“La inmensa mayoría de representantes políticos legítimamente elegidos han culminado un mandato validado en las urnas”, manifestó entonces sí Puigdemont. “Ciudadanos de Catalunya: vienen horas en las que a todos nos tocará mantener el pulso de este país, nuestro país. De mantenerlo sobre todo en el terreno de la paz, el civismo y la dignidad”, añadió el president ante los ediles que blandieron al cielo sus varas consistoriales.
La resolución que contenía como preámbulo la declaración de la república se aprobó en una votación que se hizo utilizando una urna y en secreto, después de que así lo pidiera el portavoz de Junts pel Sí, Roger Torrent. Todo ello a pesar de las quejas tanto del portavoz de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela, que afeó a los diputados independentistas que no dieran la cara; y del líder del PP, Xavier García Albiol, que los tildó de “cobardes” por ocultar su voto. Entonces, ya habían salido de la sala los diputados de Cs y del PSC.
Cuando comenzó la votación, después de que la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, declinara la petición de que el voto no fuera secreto, lo hicieron los populares, dejando en sus escaños
banderas de España y Catalunya.
La decisión de Puigdemont de no subir al atril evitó que el debate fuera protagonizado por los jefes de filas, si bien la líder de Cs, Inés Arrimadas, gozó de tres minutos al replicar una alusión directa de la republicana Marta Rovira.
Arrancaron las intervenciones con los portavoces de la oposición. Por parte de Cs, Carlos Carrizosa calificó el de ayer de “día triste y dramático” al consumarse con la DUI “el golpe a nuestra democracia constituida desde 1978”.
Igual de contundente se mostró Arrimadas, quien consideró que es un ataque a “los valores fundaciones de la Unión Europea” y el “mayor error cometido en Catalunya en democracia”.
De error habló también la portavoz del PSC, Eva Granados, quien remarcó que la votación de ayer es una decisión equivocada “de unos cuantos que pagaremos todos los catalanes. “¿Los demás no somos legítimos?”, preguntó la dirigente socialista, que reivindicó a todas aquellos ciudadanos que no desean la independencia de Catalunya: tanto a los originarios del resto de España que llegaron “para levantar este país con sus manos y que aman esta tierra” como también “los nacidos aquí que no quieren dejar arrastrar hacia la división y los enfrentamientos”.
“Muchos de nosotros no somos ni nacionalistas españoles ni catalanes. Respetamos las banderas pero no creemos que valga la pena dividirnos por ellas”, manifestó.
Por su parte, la diputada de Catalunya Sí que es Pot Marta Ribas calificó la DUI de “barbaridad” –igual que el 155–, para la cual ni Junts pel Sí ni la CUP “tienen legitimidad democrática”. “Hoy facilitan que el final del proceso suponga la liquidación de la autonomía. Cuando uno no puede ganar, lo importante es no perder”, añadió.
El portavoz parlamentario del PPC, Alejandro Fernández, acusó a Puigdemont y al vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras (al que llamó “llorón”), de “sacrificar” la prosperidad de Catalunya para consagrar un proyecto independentista que “divide” a la sociedad.
Antes de las votaciones, tomó la palabra la portavoz de Junts pel Sí, Marta Rovira que criticó que la unidad de España “esté siempre por encima del diálogo”, y que no existía “ninguna alternativa” a la creación de una república catalana. “Hoy fundamos un nuevo país”, aseguró.
El diputado de la CUP Carles Riera anunció que con la resolución de ayer, el Parlament iniciaba el paso hacia la república “de pie, con la cabeza alta, no de rodillas ni como súbditos, sino como personas libres y sin miedo”. “Hoy asumimos nuestra autotutela y nos constituimos como sujeto político con derecho a la autodeterminación y lo ejercemos soberanamente”, sentenció el antisistema.
Los letrados del Parlament avisaron a la Mesa de que la votación incumpliría la resolución del TC