Tiger Woods reconoce su imprudencia al volante
Tiger Woods se declaró ayer culpable de conducir de forma imprudente y aceptó ingresar en un programa de rehabilitación para evitar una condena a prisión.
El famoso golfista estadounidense se desmayó hace cinco meses al volante de su Mercedes y las pruebas toxicológicas a las que lo sometió la policía indicaron que había medicamentos sedantes y marihuana en su organismo. Woods, de 41 años, habló brevemente en la audiencia celebrada en un tribunal del condado de Palm Beach para suscribir un acuerdo de culpabilidad. La fiscalía retiró los cargos que pesaban contra él por conducir bajo la influencia de sustancias estupefacientes y la juez le advirtió que no se metiera en más problemas.
El acuerdo supone que Woods evita una condena de cárcel, pero si viola la libertad condicional de manera significativa, el trato “podría ser revocado y llevado a prisión durante 90 días con una multa de hasta 500 dólares”, le recordó la juez Sandra BossoPardo. “¿Entendido?”, le inquirió, a lo que la estrella del golf asintió. Y ya no hizo ninguna declaración más durante la audiencia ni fuera del juzgado.
En el programa de rehabilitación, Tiger Woods pasará un año en libertad condicional y pagará una multa de 250 dólares y las costas judiciales. El deportista ya ha cumplido con algunos de los otros requisitos impuestos por la ley y ha completado, por ejemplo, 50 horas de servicio comunitario, además de asistir a un taller con víctimas de conductores imprudentes.