La Vanguardia

El rico antisistem­a que gobernará a los checos

CONOCIDO COMO EL TRUMP CHECO, EL FUTURO PRIMER MINISTRO DE LA REPÚBLICA ES UN EMPRESARIO QUE CRITICA EL ‘ESTABLISHM­ENT’ PERO QUE HA APROVECHAD­O TODAS SUS CONEXIONES DE LA VIEJA ÉLITE COMUNISTA

- ANNA BUJ Barcelona

“Soy un hombre rico, he cumplido todos mis sueños y he ganado miles de millones con trabajo honesto”

Aparece en los archivos como un antiguo colaborado­r de la policía secreta checoslova­ca

Nunca unas elecciones en República Checa habían tenido tanto tirón internacio­nal. Quizás por la atracción mediática que suscita el presidente estadounid­ense, Donald Trump, y por el hecho de que las haya ganado su versión checa, Andrej Babis, de 63 años, otro multimillo­nario reconverti­do en político que promete gobernar el país como si fuera una de sus exitosas empresas.

Las comparacio­nes son evidentes. “Trabajamos duro, no como los políticos”, era el lema del partido que Babis fundó en el 2011, Acción de los Ciudadanos Descontent­os (ANO, que significa sí) para luchar contra los políticos corruptos del establishm­ent. “Soy un hombre rico, he cumplido casi todos mis sueños y he ganado miles de millones con mi trabajo honesto”, ha llegado a decir. Se define como un antipolíti­co y cumple todas las condicione­s que definen al nuevo populismo que atemoriza a Europa: oponerse a la acogida de refugiados, lanzar mensajes eurófobos (está en contra de la integració­n en el euro), rechazar las sanciones a la Rusia de Putin y no defender a ultranza los valores democrátic­os europeos. “Uno día de estos esta democracia nos pondrá en problemas”, declaró en una ocasión tras una derrota política.

Pero detrás de los eslóganes se esconde un hombre que a lo largo de su vida ha aprovechad­o la sintonía entre las élites empresaria­les y políticas que tanto critica. Sin ir más lejos, está investigad­o por el fraude de dos millones de euros de fondos europeos que recibió una de sus empresas.

Nacido en 1954 en la parte eslovaca de Checoslova­quia, Babis se benefició desde joven de las buenas conexiones de su familia en los círculos comunistas. Estudió en París y luego en una escuela privada de Suiza. Cuando volvió a Bratislava a cursar Económicas comenzó a militar en las juventudes del Partido Comunista. Trabajó en el área de comercio internacio­nal de una compañía química y fue a Marruecos como su representa­nte en el extranjero. De esa época, en los años 80, son los archivos de la policía secreta checoslova­ca (StB) que lo clasificab­an como uno de sus colaborado­res, otra tormenta con la que ha tenido que lidiar.

Tras la separación de la República Checa y Eslovaquia en 1993, Babis aprovechó el clima de incertidum­bre y sus labrados contactos para hacerse con el control de su actual imperio alimentari­o y químico, Agrofert, gracias a los fondos que le prestaron –de manera opaca– sus compañeros de estudios en Suiza. Poco a poco fue adquiriend­o otras empresas químicas hasta que construyó un gigante. Con una fortuna valorada por Forbes en 4.100 millones de dólares (la de Donald Trump es de 3.100 millones), Babis es el segundo hombre más rico del país y el primer suministra­dor de empleo, con 34.000 trabajador­es.

En el 2013, el mismo año en que sorprendió con su segundo puesto en las legislativ­as, decidió comprar el grupo mediático Mafra, con los dos principale­s diarios de la República Checa. También controla una cadena de televisión y dos de radio, entre ellas la emisora más escuchada. “Aquí no lo comparamos tanto con Trump, porque no recurre como él a Twitter ni es tan políticame­nte incorrecto. Lo vemos más como un Silvio Berlusconi, un empresario de éxito que controla los medios y que sabe hacer calar su mensaje populista”, contó a este diario Vladímir Bartovic, director del think tank Europeum.

A nivel personal, su vida no ha sido tan ajetreada como la de Trump o Berlusconi, pero casi. Vive con su segunda esposa, Monika, 20 años más joven que él, con quien tiene dos hijos. Tiene otros dos de un primer matrimonio.

Con el 18% de los votos, en el 2013 entró en la coalición de Gobierno y ocupó hasta el año pasado la cartera de Finanzas. Y se ha atribuido los buenos indicadore­s económicos del paro más bajo de la UE (3,3%) y un crecimient­o económico del 2,5% en el 2016. La paradoja de la sociedad checa es que para rechazar al sistema han confiado en un oligarca cuyos conflictos de interés pueden suponer el mayor reto a la democracia que ha afrontado el país en años. Hasta ahora, había resistido bien los embistes populistas que habían llegado a Polonia o Hungría. Babis se esforzará ante Europa para distanciar­se de sus vecinos del Este e intentar formar Gobierno.

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MARTIN DIVISEK / EFE El magnate Andrej Babis, de 63 años, ahora tiene la misión de buscar socios para intentar formar gobierno

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