La Vanguardia

¿Quién mató a Marilyn Monroe?

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ben la paranoia por las sombras que poblaban las cloacas del poder tratando de cambiar el rumbo de la historia.

En ese cara a cara entre los dos bloques, Cuba se sitúa en el centro, como una obsesión del gobierno Kennedy. Una vez que fracasó con la incursión de la bahía de Cochinos, estos informes ilustran la obsesión por derrocar al ejecutivo de Fidel Castro.

Un documento apuesta por los sabotajes al servicio eléctrico cubano o la distribuci­ón de alimentos en la isla, algo que puede atribuirse a la oposición interna. En cambio, desaconsej­a el uso de “agentes biológicos” porque el trazo conduciría a EE.UU.

La cabeza de Castro se valoró en 150.000 dólares, que luego, por cara, se rebajó a 100.000. También se hicieron ofertas “por dos céntimos”, y el mafioso Giancana se ofreció si pinchaban la habitación de un showman en Las Vegas para confirmar si se acostaba con su amante.

Entre las propuestas para matarle figuran envenenar su comida con píldoras de botulismo, contaminar su traje de buzo con un hongo letal o colocar conchas explosivas en su zona favorita para practicar el submarinis­mo.

La irrupción de esta trama se debe a que este 26 de octubre venció el plazo de 25 años con el que el presidente George H.W. Bush selló algo más de 3.000 informes. Lo rubricó después de que la película

JFK, de Oliver Stone, sugiriera una gigantesca conjura contra Kennedy, con el ejército y la CIA de protagonis­tas.

Pese a ser un exponente de la posverdad, Trump se erige en adalid de la transparen­cia. Optó por sacar 2.981 informes, sólo 53 inéditos. Al fin atendió la petición de los mandos de inteligenc­ia, apelando a razones de seguridad, para retener los 300 dossiers más relevantes, al menos hasta abril.

Está claro que los conspirati­vos sienten frustració­n porque no hay ningún papel en el que se determine que a Kennedy lo asesinaron los soviéticos, la mafia, los cubanos, el FBI, la CIA, su sucesor, Lyndon B. Johnson –el KGB extendió la sospecha sobre él, mientras que Johnson llegó a decir que Kennedy murió como venganza por el asesinato del presidente de Vietnam del Sur Ngo Din Diem– o una combinació­n de todos esos factores. Sin embargo, existen piezas que refuerzan sus tesis, como la frase de J. Edgar Hoover, director del FBI, que dictó el 24 de noviembre de 1963: “Me preocupa tener problemas para convencer a la gente de que Oswald es el verdadero asesino”.

Previament­e, al pistolero ya lo siguieron a México, donde se cree que, en su visita a la embajada soviética, contactó con un cargo del KGB adscrito al “departamen­to de sabotajes y asesinatos”.

En esta línea de intriga consta una llamada anónima a un pequeño diario británico, Cambridge

News, en el que les avisaron de que se iba a producir una gran noestaba ticia en Estados Unidos. A los 25 minutos ocurrió lo de Dallas.

Otro punto turbio se centra en el chivatazo que recibió el FBI de que, una vez detenido, iban a tratar de acabar con Oswald. Hoover dio la orden de que se avisara a la policía local. Por lo visto, no prestaron mucha atención, y Jack Ruby, tipo turbio, propietari­o de un nightclub y amigo de los uniformado­s, se coló en los cuarteles y calló la boca del magnicida.

En la investigac­ión sobre Ruby, los agentes se volcaron en la búsqueda de Kitty, una stripper a la que se asoció con el vengador. Nunca se logró dar con ella.

Si están los Kennedy, hay sexo. Una prostituta de lujo apreciada en los círculos de Hollywood contactó con agentes del FBI. Se remonta a 1960. Les contó que un detective privado, Fred Otash, muy conocido en los círculos de Los Ángeles, se acercó a ella requiriénd­ole informació­n sobre las orgías en las que participab­an John Kennedy, su cuñado Peter Lawford. Frank Sinatra y Sammy Davis jr. “Les dijo a los agentes que no al tanto de ninguna indiscreci­ón”, recoge el texto.

En otro dossier se indica que el FBI advirtió a Robert Kennedy (años después también asesinado) de que se preparaba el libro The strange death of Marilyn Monroe, de contenido peligroso. En esas páginas se vertía que Monroe, que fue amante de Kennedy, amenazó con hacer público su romance con Robert una vez que este rompió la promesa de divorciars­e. La tesis: que la muerte de la actriz pareciese un suicidio.

CAZA AL LÍDER CUBANO

A Castro quisieron envenenarl­o o ponerle un hongo letal en su traje de submarinis­ta

 ?? EMBAJADA DE LOS ESTADOS UNIDOS ?? El poder. Discurso de Kennedy en el Capitolio después de jurar el cargo de presidente, junto a Eisenhower (bufanda blanca), Johnson y Nixon
EMBAJADA DE LOS ESTADOS UNIDOS El poder. Discurso de Kennedy en el Capitolio después de jurar el cargo de presidente, junto a Eisenhower (bufanda blanca), Johnson y Nixon
 ?? . ?? Héroe. El féretro de Kennedy, bajo la bóveda del Capitolio, en Washingtio­n DC. El presidente recibió un funeral de Estado, arropado por todo el país
. Héroe. El féretro de Kennedy, bajo la bóveda del Capitolio, en Washingtio­n DC. El presidente recibió un funeral de Estado, arropado por todo el país
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UNDERWOOD ARCHIVES / GETTY Pareja modelo Kennedy y su esposa, Jacqueline, un matrimonio que se presentaba como ejemplar, en Massachuss­ets, en el verano de 1960

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