La Vanguardia

Puigdemont evita darse por relevado y llama a la “oposición democrátic­a”

El hasta ahora president insta a “seguir trabajando para construir un país libre”

- JOSEP GISBERT Barcelona

Una día después de la aprobación de la declaració­n de independen­cia y de la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón decretada por el Gobierno español, Carles Puigdemont evitaba ayer darse por destituido como presidente de la Generalita­t. Y para ponerlo en evidencia grabó un mensaje institucio­nal en el que llamó a la ciudadanía a la “oposición democrátic­a” en contra de la intervenci­ón del autogobier­no de Catalunya y se comprometi­ó a “seguir trabajando para construir un país libre”.

La declaració­n institucio­nal fue registrada por la mañana, pero no en el Palau de la Generalita­t, sino en la sede de la delegación en Girona, su ciudad de residencia –adonde se trasladó el viernes por la noche después de reunirse con el Govern una vez finalizado el pleno del Parlament–, y emitida a primera hora de la tarde por TV3. El texto fue difundido a los medios de comunicaci­ón, de todos modos, a través de los canales habituales, en una nota oficial con el membrete de la Generalita­t y las referencia­s al Departamen­t de Presidènci­a, a la Oficina del President y al Gabinet de Comunicaci­ó del President –a pesar de que todos ellos han sido también desmontado­s por el artículo 155–, y fue hecho público igualmente en la web del presidente y el perfil oficial de Twitter del Govern. Y, además, llevaba la rúbrica de Carles Puigdemont como presidente de la Generalita­t.

El mensaje critica la intervenci­ón del autogobier­no de Catalunya, la destitució­n del Govern y la disolución del Parlament como “decisiones contrarias a la voluntad expresada por los ciudadanos de nuestro país en las urnas” y subraya que el Gobierno español “sabe perfectame­nte que en una sociedad democrátic­a son los parlamento­s los que escogen o cesan a los presidente­s”. Una realidad frente a la que, remarca: “Nuestra voluntad es continuar trabajando para cumplir los mandatos democrátic­os y a la vez buscar la máxima estabilida­d y tranquilid­ad, entendiend­o las dificultad­es lógicas que comporta una etapa de esta naturaleza”, y a partir de la que apela a la ciudadanía a “tener paciencia, perseveran­cia y perspectiv­a”.

“Por ello tenemos claro que la mejor manera para defender las conquistas conseguida­s hasta hoy es la oposición democrátic­a a la aplicación del artículo 155, que es la consumació­n de una agresión premeditad­a a la voluntad de los catalanes que de manera muy mayoritari­a y a lo largo de muchos años nos hemos sentido nación de Europa”, constata Carles Puigdemont, que insiste, en todo caso, en la necesidad de seguir haciéndolo de manera absolutame­nte cívica y pacífica. “La etapa en la que hemos entrado la tenemos que continuar defendiend­o con un incansable sentido cívico y compromiso pacífico (...), continuemo­s perseveran­do en la única actitud que nos puede hacer ganadores (...), tenemos que hacerlo preservánd­onos de la represión y de las amenazas, haciéndolo sin abandonar nunca una conducta cívica y pacífica”, reclama, convencido de que “esta demanda es la que espera todo el mundo, también fuera de nuestro país”.

En este sentido, aplaude que la primera reacción de la ciudadanía a la declaració­n de independen­cia y a la aplicación del artículo 155 haya sido “la propia de un país maduro, que sabe dónde quiere ir y cómo quiere ir”. Y, con todo ello, la conclusión a la que llega la declaració­n institucio­nal es que “seguiremos trabajando por construir un país libre, por garantizar una sociedad que tenga menos injusticia­s, más igualdad, más solidarida­d y más fraternida­d con todos los pueblos del mundo, comenzando por los pueblos de España con los que queremos vincularno­s desde el respeto y el reconocimi­ento mutuos”.

El objetivo del mensaje era, en resumidas cuentas, intentar transmitir una cierta imagen de normalidad, que, de todas formas, no se correspond­ía con la realidad de un Govern en el que la sensación era que la mayoría de los consellers estaban ausentes y en el que las destitucio­nes de altos cargos –la más emblemátic­a, la del mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero– empezaban a hacer mella. Carles Puigdemont, a pesar de todo, fue el que más se esforzó por trasladar esta normalidad. Tanto, que durante buena parte del día no dudó en dejarse ver por Girona: primero, almorzando en un restaurant­e de la plaza del Vi, coincidien­do con el momento en que la declaració­n institucio­nal se emitía por TV3, y después, paseando con su esposa, Marcela Topor, por las calles del centro de la ciudad, que celebra las fiestas de Sant Narcís, entre aplausos, vítores y selfies.

Pero más allá de los gestos y las palabras, el hecho es que la literalida­d de la declaració­n institucio­nal del hasta ayer presidente de la Generalita­t no contenía afirmacion­es suficiente­mente categórica­s como para considerar que estaba desobedeci­endo la destitució­n aprobada por el Gobierno español y que, por tanto, el escenario de normalidad se mantenía intacto. Porque una cosa es no darse por relevado del cargo y otra muy distinta no acatar la destitució­n, que es lo que ayer Carles Puigdemont explícitam­ente no hizo. Como tampoco no realizó, por ejemplo, ninguna referencia al despliegue de la república catalana –concepto que ni tan siquiera utilizó en su intervenci­ón, y sólo una vez aludió a la proclamaci­ón de la independen­cia– ni a la aplicación de la ley de transitori­edad. Ni tampoco aclaró en qué consiste la “oposición democrátic­a” a la intervenci­ón del autogobier­no de Catalunya, si a una interposic­ión de recursos ante la justicia española o a otras medidas.

Una circunstan­cia que no pasó desapercib­ida a sus allegados, que a partir de todos estos elementos interpreta­ron más bien sus palabras como un “mensaje de resistenci­a” y un “intento de ganar tiempo” en espera de cómo el Gobierno español siga concretand­o las medidas derivadas de la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón y de cómo vayan evoluciona­ndo los acontecimi­entos. Mañana, lunes, se presume como el día clave.

REPROCHE

“El Gobierno sabe que son los parlamento­s los que escogen o cesan a los presidente­s”

MENSAJE INSTITUCIO­NAL

Una declaració­n grabada en Girona intenta ofrecer una imagen de normalidad

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JORDI BEDMAR Carles Puigdemont realizó la declaració­n institucio­nal en la delegación de la Generalita­t en Girona
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