Vestir a la Guardia Urbana cuesta dos millones al año
El Ayuntamiento de Barcelona saca a concurso el suministro de la indumentaria, con prendas que van de los 2 a los 340 euros
Vestir y calzar a una plantilla de 2.957 agentes uniformados cueste una auténtica fortuna. Exactamente, 1.979.105,76 euros al año. Este es el valor de la indumentaria profesional (ropa y complementos) que el Ayuntamiento adquirirá para los miembros de la Guardia Urbana de Barcelona, según se estipula en el contrato para dos años, ampliables en otros dos, que la gerencia de Seguridad y Prevención del Consistorio de la capital catalana acaba de sacar a concurso público. La prestación de este servicio, que comenzaría el 31 de enero del año que viene y finalizaría el 31 de diciembre del 2019, se eleva a 3.958.211,92 euros (con el del 21% de IVA incluido en el precio) y contempla la entrega por parte de los ganadores del concurso de más de 40.000 piezas de 41 tipos diferentes, desde unos sencillos calcetines hasta un costoso anorak para motorista.
La uniformidad de los cuerpos de seguridad es una cuestión que , desde hace tiempo, trasciende las cuestiones meramente operativas –aunque estas siguen siendo las más importantes– y en la que se han ido introduciendo criterios de moda. El pasado verano, el Departament d’Interior de la Generalitat, hoy intervenido, mostró los prototipos de los uniformes que los Mossos d’Esquadra y las policías locales deberían vestir dentro de dos años, una indumentaria cortada por el mismo patrón y sólo con algunos detalles que diferenciarían a la policía autonómica de los más de 200 cuerpos municipales que operan en Catalunya. La Guardia Urbana de Barcelona, que mantendrá algunas de sus señas de identidad propias, es una de las que aplazó precisamente la renovación de su vestuario cuando se conocieron las intenciones de Interior de sustituir la indumentaria de las policías del país, incluidos los 17.000 mossos.
Las bases del concurso publicadas por el Ayuntamiento de Barcelona para dotar a sus agentes policiales de la uniformidad básica operativa, en un anexo de estimación del gasto anual, fija unos precios unitarios orientativos de cada una de las prendas demandadas así como el número de piezas requeridas. Las más económicas son los calcetines de verano (2,20 euros el par) y los de playa (2,73 euros). Las más caras, el mono ignífugo (305,91 euros la unidad) y el preciado anorak de moto de trial, que se cotiza en el mercado de la moda Urbana a 344,66 euros cada uno. La prenda más barata, los calcetines de verano, es también la más solicitada por la intendencia de la policía local de Bar- celona (6.304 pares cada año), mientras que los polos de los instructores de tiro, tanto de manga larga como corta, son los que requieren menos comandas, tan sólo 19 unidades de cada tipo.
Concursos de la administración pública por un montante económico tan elevado establecen unas bases muy rigurosas, que en este caso concreto de la uniformidad se detallan en un documento de 180 páginas. Baste como ejemplo las exigencias para el suministro de los calcetines de verano. Según las condiciones de la licitación pública, las empresas ganadoras han de distribuirlos “de caña alta, confeccionados con hilo de Escocia 100%, de color negro”. “En el puño –se añade– han de llevar una banda elástica para asegurar la sujección y evitar la caída”. Y, finalmente, “la puntera y el talón serán de doble densidad y sus costuras serán planas para mayor comodidad”. Así con todas y cada una de las prendas que el Ayuntamiento desea adquirir.
En los últimos tiempos se han introducido en este tipo de concursos públicos unas cláusulas de carácter social y medioambiental. En este paquete de productos que ahora sale a licitación hay que acreditar, por ejemplo, que los materiales utilizados y la propia producción de los artículos se han llevado a cabo respetando los derechos básicos en el trabajo recogidos en la declaración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Asimismo, se especifica que los tejidos empleados cumplen con los requisitos de limitación de la presencia de sustancias químicas definidas en “el estándar Peko-Tex 100, Made in Green o equivalente”.