Puigdemont pide una lista unitaria soberanista
La apuesta del president cesado por una candidatura unitaria incomoda a una ERC al alza Los republicanos condicionan su participación a sumar a CUP y podemitas en la candidatura Rovira se refuerza al mando mientras el PDECat sigue a expensas de noticias
El presidente de la Generalitat cesado, Carles Puigdemont, pidió ayer la constitución de una lista electoral unitaria independentista. Lo hizo desde Bélgica, donde espera la decisión de la justicia belga sobre la petición de su detención dictada por la Audiencia Nacional. ERC no descarta la lista unitaria si se amplía a más partidos, como la CUP o parte de Podem. La CUP no entrará en ninguna coalición porque el periodo de presentación vence el martes y han aplazado su decisión al día 12.
Carles Puigdemont ha decidido jugar dos partidas al mismo tiempo. Y todas plagadas de incógnitas. Desde Bélgica, en pleno proceso judicial internacional, ha empezado a mover hilos para guiar al bloque independentista hacia las elecciones del 21-D, pero ERC parece inmune, de momento, al “efecto Puigdemont”.
Si el president cesado ha hecho valer su estrategia judicial desde Bruselas, los republicanos no quieren someterse ahora a su estrategia política. Encuestas como la de La
Vanguardia avalan sus perspectivas de convertirse en el partido central en Catalunya y evidenciar que el cambio, más allá de la declaración de la república, también ha llegado a la Generalitat. El martes se cumple el plazo para registrar coaliciones electorales y la tensión crece.
La rueda judicial belga. El president cesado se encuentra ya dentro de la rueda de la justicia belga. La fiscalía federal trabaja en las órdenes de detención y entrega remitidas por la Audiencia Nacional y se remitirán en las próximas horas al juez. Ahí, Puigdemont garantiza toda su colaboración. Quiere dar la batalla no sólo cuestionando a la independencia de la justicia española, sino también cuestionando los delitos por los que puede acabar entregando a la juez Carmen Lamela. Limitar las acusaciones de rebelión, sedición, malversación de fondos, desobediencia y prevaricación sería un éxito subsidiario frente a la situación de los consellers en prisión.
“Unir a los demócratas”. El otro terreno en el que Puigdemont se mueve con agilidad en las últimas horas es en el de la política interna. Desde Bruselas y a golpe de tuit, ha agitado las estrategias de su partido, de ERC, de la CUP y hasta de Catalunya en Comú. El president cesado había descartado siempre presentarse nuevamente como candidato a unas elecciones, incluso hasta hace unos días, con un escenario de detenciones sobre la mesa rechazaba esa posibilidad ante altos cargos de su partido. No obstante, el viernes dio un paso adelante y se ofreció para ser candidato desde Bélgica. Ayer avanzó en su estrategia tuitera: “Es el momento de que todos los demócratas se unan. Por Catalunya, por la libertad de los presos políticos y por la república”. Enlazaba a un manifiesto en defensa de una lista unitaria que en pocas horas superaba las 50.000 firmas.
El manifiesto impulsado desde sectores afines al PDECat llevaba días gestándose. Plantea la cita del 21 de diciembre como una elección entre “la democracia y la imposición”, entre “soberanistas y destructores del autogobierno”, y defiende una lista “unitaria y transversal” que tenga como divisas “el fin de la ocupación, la libertad de los presos y la república”. Entre los denominados “primeros firmantes” aparecen numerosos cargos y diputados de las filas del partido de Puigdemont, hasta el punto de que el lanzamiento del manifiesto planeó sobre la última reunión de la ejecutiva del PDECat celebrada el viernes en el Parlament.
El giro del PDECat. El encarcelamiento de los consellers ha supuesto un viraje en la estrategia del partido. La dirección defendía hace una semana la necesidad de concurrir a las elecciones con las siglas del PDECat y sólo Josep Rull, Lluís Corominas y Francesc Homs apostaron por la lista única. Después se sumó públicamente Miquel Buch. No obstante, no se cerró ninguna puerta. El partido contaba con un póquer de candidatos, con Santi Vila lanzado, pero en la formación se descarta que el exconseller, tras su declaración en la Audiencia Nacional rechazando la DUI, aspire ahora a dar la batalla en unas primarias. En la reunión del viernes, al menos dos personas pidieron sin éxito que se le expulsara del partido.
Los contactos del PDECat con Puigdemont son precarios, pero la dirección los aprovecha. El viernes por la mañana los hubo. Con la imagen de los consellers encarcelados todavía en la retina, la dirección se replanteó su propuesta electoral. Se puso sobre la mesa un plan de lista unitaria “de amplio espectro” que fue avalada por la tarde por el propio president cesado en una entrevista en la televisión belga. Puigdemont se ofreció como candidato y el partido entiende que si está dispuesto a liderar una lista también lo haría en el caso de que no sea unitaria y se acuda al 21-D con las siglas del PDECat. La nueva estrategia de la formación dio ayer un paso más con el llamamiento de Puigdemont a forjar una lista unitaria que topa de lleno con las aspiraciones del partido de Oriol Junqueras.
Rechazo al Junts pel Sí bis. El líder de ERC dejó claro que su partido no debía volver a caer en el debate del 2015 en torno a la candidatura de Junts pel Sí y defendió en un artículo, mientras se instalaba en la prisión de Estremera, que los partidos independentistas deberían presentar listas separadas bajo un paraguas programático común. “Tampoco el bloque del 155 va junto”, subrayan fuentes de ERC. La tesis de los republicanos es que un Junts
pel Sí bis se ha quedado pequeño ante una situación de excepcionalidad, pero tampoco lo consideran la herramienta adecuada para superar el umbral de 50% de los votos independentistas. “En política dos más dos no suman cuatro”, sentencian. De lo que se trata, sostienen, es de “pasar el rastrillo”, atraer a podemitas como Albano-Dante Fachín, socialistas y a todo aquel que se in-
digne con el encarcelamiento del Govern.
¿Rovira presidenta?. A juicio de ERC, una lista con el PDECat no interpela ni a la CUP ni a los comunes y supone mantener como referencia de la institución a la antigua Convergència. Ahí está el principal argumento para rechazar la lista unitaria. Nadie cuestiona que los encarcelados deben jugar un papel en las candidaturas del 21-D–Junqueras y los consellers de ERC estarán y se quiere sumar a los Jordis– pero también van más allá de la fase de reivindicación electoral. Y en ERC se considera que la presión judicial no puede bloquear la actuación política de un nuevo mandato independentista en el Parlament y la Generalitat.
Junqueras ungió a Marta Rovira como “el futuro” de su partido, pero ¿y el PDECat? La oferta de Puigdemont de ser candidato sólo soluciona el debate a corto plazo. Si la mayoría independentista se impone, “alguien tendrá que hacer el trabajo” si los actuales líderes siguen en prisión, sostienen en ERC.
La alternativa de los comunes. Y con la vista puesta más allá del 21-D, en ERC también quieren contar con Catalunya en Comú como alternativa para formar mayorías. La confluencia de izquierdas liderada por Xavier Domènech fue la primera en lanzar la propuesta de un frente común con la amnistía y el levantamiento del 155 como ejes, pero no está dispuesta a ir más allá. La formación despliega un discurso sobre “amplias alianzas” en un intento de evitar subordinarse a los independentistas pero son conscientes que el impacto “emocional” de los encarcelamientos empuja a todas las formaciones a posiciones de “resistencia”. Ya las sufre Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona.
El calendario propio de la CUP. Y si el encaje no era complejo, la CUP decidió ayer abrir un proceso asambleario que culminará el día 12. Cinco días después de cerrarse el plazo para inscribir alianzas electorales. Registrar una marca blanca, obligaría al resto a someterse a su propuesta.