Ficción sin deseo real
La hipersexualización, especialmente de la mujer e incluso desde la adolescencia, se fundamenta en estereotipos inalcanzables
Cómo se explica que las relaciones sexuales vayan a la baja en una sociedad más hipersexualizada que nunca, con el sexo omnipresente en todo tipo de expresiones culturales y formas de comunicación?. Justamente en esta hipersexualización, presente cada vez más en edades más tempranas, hay que buscar algunas de las posibles respuestas.
La idealización del sexo a través de grandes iconos, especialmente a través del cine o la música, con estrellas convertidas en objetos sexuales, explican también que para una parte de la sociedad las relaciones sexuales físicas y domésticas, más o menos rutinarias, aquellas que sí son alcanzables, hayan perdido parte del interés.
“Encontramos el sexo en todas partes, en las películas, la publicidad o el comercio no sexual pero que utiliza la sexualidad para vender. Pero también cada vez hay más gente que busca otras manifestaciones de la sexualidad y disfrutar de la misma más allá del coito”, sostiene el profesor Camil A. Castelo-Branco, director del Màster en Sexologia Clínica i Salut Sexual (UB).
¿Hartazgo? ¿Banalización? ¿Transformación imparable? El consumo de cine porno puede actuar también como elemento disuasivo. “La energía sexual es finita y viendo porno y masturbándote en solitario gastas energía”, advierte la sexóloga Carmen Sánchez Martín. Los estereotipos y prácticas sexuales mayoritarias en el cine para adultos tampoco ayudan a enriquecer una relación sexual sana. “Hay hombres que explican que con el porno sí tienen lo que quieren al momento”, añade.
El auge de las redes sociales ha favorecido también los encuentros sexuales digitales, que en muchos casos no se llegan a traducir en relaciones físicas ni reales. La adicción al sexo pero sólo a través de internet, especialmente en los hombres, ya se ha descrito entre las disfunciones sexuales.
Más cambios. Los nuevos roles en las relaciones heterosexuales, con una mujer que sabe perfectamente cómo quiere disfrutar del sexo, ha dejado en una posición incómoda a parte de los hombres, que sienten que no pueden o no saben satisfacerlas. Lo saben perfectamente los sexólogos y lo corroboran en sus consultas. “El hombre piensa que se expone menos si tiene menos relaciones sexuales, porque se siente inseguro”, destaca Sánchez Martín (El sexo que queremos las mujeres).
Otra de las paradojas asociadas a la caída del sexo es que se produce en paralelo a una iniciación cada vez más temprana a las relaciones sexuales. “Ahora se descubre el sexo antes, de una forma más natural, con menos prejuicios, es algo que ya no se esconde”, destaca la psicóloga Amalia Gordóvil, profesora de Ciències de l’Educació i Psicologia de la UOC.
“No hay una edad marcada para empezar, depende de la madurez y de la información; que quieran hacerlo, no hacerlo porque lo quiere mi novio o para imitar a mis amigas”, añade la doctora Gordóvil, psicóloga del Centre GRAT. Si se descubre el sexo de forma natural, siguiendo el deseo, no hay nada que explique que después el interés decaiga. “No creo que los jóvenes banalicen ahora el sexo, lo han incorporado de forma más natural”, sostiene Gordóvil.
El sexo se idealiza o se vive en solitario a través de las estrellas del cine porno y la masturbación
“Cada vez hay más gente que busca otras manifestaciones de la sexualidad, disfrutar más allá del coito”
Con la mirada puesta a más largo plazo, hay quienes advierten de cambios más profundos en las relaciones sexuales. “Nuestra sociedad ha empezado la separación del sexo de la reproducción. Las restricciones religiosas, la anticoncepción, la creciente subfertilidad o el conjunto de técnicas de reproducción asistida, están distorsionando la cadena biológica natural que ataba el sexo con la reproducción”, adelanta el profesor Castelo-Branco.