La Vanguardia

Trabajando en el limbo

Señalado y degradado tras el mercado de verano, los fichajes refuerzan a Robert

- CARLES RUIPÉREZ

Los secretario­s técnicos odian retransmit­ir en directo los fichajes y no dan grandes titulares excepto cuando ven sus barbas remojando. Entonces, se revuelven con algún zarpazo. Le pasó a Zubizarret­a en plena crisis de Anoeta. “El presidente es el que más sabe de la sanción de la FIFA, que entonces era vicepresid­ente deportivo”, soltó. Esa entrevista le sentenció y no pudo disfrutar del triplete del Barça 6 meses después.

Algo parecido le ocurrió a Robert Fernández una vez supo, a mediados de julio, que el club situaba a Pep Segura por encima de él. Actuaba con un punto de kamikaze. En la presentaci­ón de Dembélé, no se cortó. “Admito que estamos negociando para que venga un jugador y, si hay un marco favorable, dos”, sorprendió, porque quedaba una semana de mercado.

Lo que pasó es que ni Coutinho ni Di María se mudaron al Camp Nou. Por eso, la rueda de prensa de cierre de mercado del 2 de septiembre se interpretó como un epílogo por partida doble. Albert Soler, por propia iniciativa, sería derivado hacia las secciones de baloncesto y balonmano y todo el mundo pensaba que Robert sería apartado. En los primeros asientos, el director general, Òscar Grau, y el mánager deportivo, Pep Segura, no perdían detalle, sin intervenir.

Sin embargo, en contra de todos los pronóstico­s, el castellone­nse ha sobrevivid­o a la criba. Evidenteme­nte ha perdido poder, pues Segura es su superior y su palabra ya no tiene el mismo peso. También ha dejado de estar delante de los focos ya que el club ha contratado a Guillermo Amor para que atienda a los medios de comunicaci­ón en la zona del palco en las entrevista­s pospartido. Pero Robert sigue siendo el secretario técnico del Barça, viendo fútbol y analizando jugadores, que es lo que le gusta.

Dos meses después de tener un pie y medio fuera del club, el de Betxí ya está preparando y planifican­do el mercado de invierno y la temporada que viene. De hecho, es uno de los hombres clave en la operación Phillippe Coutinho. De un momento en que la pérdida de confianza era innegable se ha pasado a otro en que Robert está trabajando con una tranquilid­ad impensable, con libertad de movimiento­s y siguiendo sus criterios. Acompañado de Urbano Ortega, excompañer­o en el Barça y su mano derecha, recienteme­nte ha estado espiando en el Bayer Leverkusen-Wolfsburgo, el Real Madrid-Tottenham y el pasado domingo vio en directo el ChelseaUni­ted. Eso sí, se la juega una vez más pues acaba contrato el 30 de junio del 2018.

Aunque, lo cierto es que hasta ahora, sus grandes valedores han sido sus fichajes. Robert es un gran conocedor del mercado francés y

DOS MESES DESPUÉS El secretario técnico ya planifica el curso que viene y es un enlace clave en la operación Coutinho

SEGURA ESTÁ POR ENCIMA Ha perdido peso pero el club se fía de su criterio tras acertar con Umtiti, Dembélé, Paulinho y Semedo

brasileño, además de, por lazos de proximidad, del Valencia. De la Ligue 1 fue el primero en apostar por Samuel Umtiti –consagradí­simo como titular ya– y de luchar por fichar a Ousmane Dembélé, cuando aún jugaba en el Rennes y después en el Borussia Dortmund. Su buen ojo en la liga brasileña se remonta a cuando se fijó en Robinho para el Valencia o en Miranda y Neymar para el Atlético. Ahora se ha salido con la suya con Paulinho, al que recuperó de la liga china. El explosivo Semedo, tras la negativa de Bellerín, y Alcácer, siempre puntual con su cita con el gol, son otras dos medallas que se le pueden atribuir. Gracias a ellos, Robert sale a flote .

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ANA JIMÉNEZ Robert Fernández, en una comparecen­cia ante los medios de comunicaci­ón

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