Los conductores de Uber son asalariados, según un tribunal inglés
Nuevo revés judicial para Uber. Esta vez no en el campo administrativo, sino laboral. Una sentencia del Tribunal Laboral de Apelaciones de Londres falló ayer la demanda de dos conductores de la plataforma, que habían reclamado a la empresa californiana, entre otras reivindicaciones, vacaciones pagadas, descansos remunerados y la concesión de un salario mínimo.
De acuerdo con el dictamen, los chóferes de Uber no se pueden considerar como trabajadores autónomos, sino como empleados por cuenta ajena. En la práctica, esto significa que se les debe aplicar la misma legislación que a un asalariado. Yaseem Aslam, uno de los afectados, celebró que la justicia haya reconocido que “la plataforma de transporte les ha estado explotando”. La decisión tiene efectos sobre los demandantes, pero, con toda probabilidad, el fallo puede provocar más reclamaciones por parte de los 50.000 conductores que tiene Uber en el Reino Unido. La firma californiana, por su parte, ha anunciado que recurrirá la sentencia. El sindicato GMB instó a la compañía a que “no pierda tiempo ni malgaste el dinero de todos llevando esta causa perdida hasta el Tribunal Supremo”.
“Casi todos los conductores contratados de forma privada han sido autónomos durante décadas, mucho antes de que existiera nuestra aplicación”, rebatió Tom Elvidge, director general de la empresa. En este sentido, añadió que la principal razón por la que los conductores usan Uber es que “valoran la libertad que les da para elegir cuándo y cómo trabajan”. En sustancia, el argumento de la compañía es que los conductores no están obligados a usar su aplicación de reservas de servicios de taxi y que, por lo tanto, hay que considerarlos como trabajadores autónomos o freelance.
Elvidge recuerda que “durante el pasado año, hemos efectuado varios cambios en nuestra aplicación para dar a los conductores más control. También hemos invertido para dar cobertura por enfermedad y accidentes y seguiremos introduciendo modificaciones para mejorar”.
En la actualidad hay una causa pendiente ante el Tribunal de Justicia de la UE, que deberá sentenciar si la compañía es una firma tecnológica (en este caso Uber sería un mero intermediario entre conductores y clientes) o una empresa de transporte (en este caso los chóferes tendrían condición de empleados).
El abogado general de la UE, Maciej Szpunar, el pasado mes de mayo optó por la segunda tesis, al considerar que “Uber impone a los conductores requisitos previos para el acceso a la actividad y su desarollo y ejerce un control indirecto sobre la calidad de las prestaciones”.