La CUP decide ir a las elecciones con una lista “de ruptura”
Los anticapitalistas no podrán contar con Gabriel ni con Salellas, según sus estatutos
La asamblea de la CUP decidió ayer participar en las elecciones del día 21 de diciembre con una candidatura “rupturista”, lo que convierte su lista en la tercera del bloque independentista.
Si el sábado ERC presentó a los militantes sus propias listas para contribuir a las elecciones del 21 de diciembre, ayer fue la CUP la que apostó también por hacerlo en solitario, al margen de cualquier lista unitaria. Los 1.200 militantes que se reunieron en la asamblea nacional extraordinaria celebrada en Granollers así lo decidieron. Y lo hará con una candidatura “lo más amplia posible, claramente rupturista, independentista y de izquierdas”. Es decir, con postulados parecidos a los que contenía el programa de los cuperos para los comicios del 27 de septiembre del 2015. Es la ya conocida fórmula de la CUP con la Crida Constituent, donde se incluyen organizaciones –como Poble Lliure o Endavant– que apoyarían la formación.
Las bases de la CUP tuvieron que escoger entre cuatro opciones. De hecho, la ponencia política elaborada por el grupo parlamentario y el secretariado nacional de la CUP planteó una pregunta árbol en la asamblea: primero, resolver si la formación tenía que presentarse a las elecciones (el sí se impuso con un 91% de votos). Después, escoger una opción entre tres si la opción ganadora de la pregunta anterior era la afirmativa. Quedaron descartadas una coalición de izquierdas y una lista conformada exclusivamente por la sociedad civil.
De todos modos, habrá diferencias. Los cinco diputados de la XI legislatura del Parlament de Catalunya que la iniciaron y permanecieron hasta el final –Anna Gabriel, Benet Salellas, Sergi Saladié, Albert Botran y Gabriel Serra– no podrán formar parte de las listas. En los estatutos de la CUP se prevé que aquellos diputados que superen los dos años de legislatura, no pueden optar a volver a serlo. Se da la circunstancia que la XI legislatura empezó el 26 de octubre del 2015, y finalizó el 27 de octubre del 2017.
También está para ver cómo quedan configuradas finalmente las listas por demarcaciones. Según ha podido saber este diario, hoy por hoy Mireia Boya consta como número por Lleida, y Natàlia Sànchez, actual miembro del secretariado de la CUP, encabeza la lista en Girona.
Donde parece que hay problemas es en la lista por Barcelona. De las ocho asambleas cuperas de la demarcación, seis están de acuerdo con los nombres propuestos, pero dos –Vallès Oriental y Maresme– quieren que se reconsideren.
Sea como sea, si nada cambia serán tres las listas de formaciones independentistas que se presentarán el 21 de diciembre, ya que también el PDECat está perfilando una “lista de presidente” con Carles Puigdemont al frente.
La exdiputada Anna Gabriel y la miembro del secretariado Núria Gibert hablaron en el acto de clausura de la asamblea. Gabriel afirmó que la CUP se presenta a las elecciones con el objetivo de “materializar la república” y aseguró que la participación de los cuperos será clave, tanto para una hipotética mayoría independentista, como “delante de los que se dicen soberanistas pero que no han tenido ningún problema al decir ni DUI ni 155”, en clara referencia a Catalunya en Comú. Pero también ante aquel independentismo “que no tuvo claro ni lo bastante trabajado como se asaltaba el poder”.
Igualmente, subrayó que es “imprescindible” iniciar el proceso constituyente de una eventual república, cosa que consideró imposible “si no se rompe con el Estado español”.
Por su parte, Gibert explicó que la candidatura de la CUP se presenta para “liderar una candidatura amplia”, porque se sienten “fuertes” para hacerlo, ya que considera que tienen “valiosísimos aliados”, en referencia a todas aquellas organizaciones que podrían apoyarlos en el marco de la Crida Constituent. También puso en valor la agenda social, la cual no debe retrasarse “ni un minuto más”.
Gabriel, Salellas, Serra, Saladié y Botran no formarán parte de las listas al haber superado dos años de legislatura