Ley electoral española
En la Bretaña francesa, donde vivo, y en Córcega, donde he pasado mis vacaciones, no puede ocurrir nunca lo que está pasando en Catalunya. Sí existe una pequeña minoría a la que le gustaría ser independiente, pero su capacidad de influencia es nula. Aquí no ha habido ni se necesitarán nunca pactos para gobernar. Nadie tiene que negociar nada, ni puede hipotecar nada a escala nacional o regional. En Francia nunca hubiese habido un pacto de gobierno a cambio de la inmersión lingüística, ni tampoco tripartitos, ni socios extremistas como la CUP.
Es muy sencillo, aquí se vota a dos vueltas, gobierna el más votado y se acabó. El problema es la ley electoral española.
DAMIÁN SÁNCHEZ
Nantes