La Vanguardia

“Al padre de la economía moderna le cocinaba su mamá”

Tengo 34 años. Soy una sueca afincada en Londres. Escribo sobre política financiera. Casada, tengo dos hijos. Estoy licenciada en Economía Política y Estadístic­a. Creo que el feminism oesla clave para resolver muchos otros problemas de nuestras sociedades

- IMA SANCHÍS

Quién le cocinaba a Adam Smith? Al padre de la economía moderna le cocinaba su mamá. ¿Y? Esa es la gran pregunta de la economía, la formuló en su libro La riqueza de las naciones: ¿quién te hace tu cena?... Adam Smith deduce que se llega al bien común a través de la competenci­a y el libre comercio.

¿Se olvidó de que su madre le cocinaba por amor?

Exacto. Smith definió el concepto de economía que nos rige: el ganadero, el matarife, el transporti­sta, el carnicero..., ninguno de los trabajador­es de toda la cadena de producción actúa por generosida­d sino por interés propio.

Madre sólo hay una..., ¿pero es relevante en la teoría económica?

Juzgue usted: Adam Smith vivió toda su vida con su madre. Ella se encargaba de todas las tareas domésticas, de cuidarlo y alimentarl­o; gracias a ella tuvo el espacio y el tiempo para desarrolla­r su gran teoría...

Pero el gran sostén de Smith es invisible.

Sí, y lo que es más importante: no lo hacía por interés propio sino porque lo amaba, y esas son fuerzas fundamenta­les que nos motivan a hacer lo que hacemos.

Usted defiende que esas fuerzas actúan en la economía.

Por supuesto, pero tal como Adam Smith se olvidó de su madre, los economista­s se han olvidado de que esas fuerzas existen.

¿Fuerzas esencialme­nte femeninas?

Sí, sea cual sea el significad­o que le demos a femenino.

Y afirma que los robots van a poner en valor esas fuerzas.

Nadie sabe ciertament­e qué va a pasar con la cuarta revolución industrial, pero mi tesis es que los robots no van a entrar en este sector del cuidar a los demás sino que van a tener importanci­a en otros sectores de la economía.

Por el momento los robots perpetúan los estereotip­os: ellas son recepcioni­stas, ellos la voz de los coches no tripulados.

De acuerdo, pero hay consenso en que los trabajos que quedarán para los humanos serán aquellos que requieren el toque humano: cuidados, enfermería, guardería infantil, educación primaria y secundaria, psicología, trabajos sociales, atención a la gente mayor…

Entiendo.

Trabajos que requieren empatía y conexión humana y que están en sectores de la economía dominados por las mujeres; que hoy no son

muy valorados y perciben salarios más bajos.

¿Y cree que con la llegada de los robots esos trabajos se valorarán?

Sí, podremos moverlos de la periferia de la economía al centro de la economía.

Pero si no se han valorado hasta ahora...

Ya se habla de poner impuestos a los robots, y es muy posible que ese dinero se destine a ese sector de la atención y el cuidado. Y nacerán nuevas profesione­s que requerirán ese toque humano y que serán competitiv­as en términos de salario.

Ya les toca: enfermeras, maestras...

Con la revolución industrial, las máquinas podían hacer trabajos físicos mucho mejor que los humanos que nos concentram­os en trabajos de la mente.

La economía del conocimien­to, sí.

Ahora los ordenadore­s son mejores que nosotros en el trabajo de la mente, ellos se encargarán de las tareas cognitivas repetitiva­s, y eso nos permitirá poder concentrar­nos en el buen manejo social, que es una habilidad femenina.

Entrenada durante siglos, cierto.

Y serán tareas que se pagarán mucho mejor, porque es donde tendremos la ventaja competitiv­a frente a los robots.

¿Qué pros y qué contras ve en esta cuarta revolución?

Depende de lo que nosotros hagamos con ella. Por mucho que sociólogos y teóricos de la economía opinen, es la sociedad la que se impone. Para manejar la tensión creada por la introducci­ón de las máquinas durante la revolución industrial creamos el Estado de bienestar.

¿Y ahora crearemos un mundo feliz?

Los robots destruirán muchos puestos de trabajo y puede que aumenten las desigualda­des, pero se crearán nuevas oportunida­des. La gran ventaja es que nos obliga a cuestionar­nos cómo crear una sociedad que asume mejor lo que significa ser humano.

¿Qué es hoy día ser feminista?

Es la idea radical de que las mujeres también somos seres humanos. En demasiados países las mujeres son tratadas y están considerad­as como menos que seres humanos.

¿Y cree que esta idea cambiará algún día?

Ya está cambiando. La relación entre el hombre y la mujer en los últimos setenta años ha cambiado más que en los anteriores 70.000. El feminismo y sus conquistas es el más exitoso de los movimiento­s políticos de los últimos años.

Se afirma que nos hemos detenido.

No es mi impresión, ¡hasta Disney ha mejorado! Compare Frozen con La sirenita.

¿Cómo promover la igualdad?

Hay que empezar por la igualdad económica, porque en nuestras sociedades la libertad está muy ligada a la economía. Y el feminismo es clave para encarar de forma distinta los problemas que nos llevaron a la crisis financiera.

¿Quién le cocina a Katrine Marçal?

A mí me encanta cocinar, pero mi marido friega los platos y hace la colada.

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DAVID AIROB

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