‘Figura de perfil’, un Dalí que reaparece 92 años después
‘Figura de perfil’ sólo se había visto en la sala Dalmau de Barcelona en 1925
El 14 de noviembre de 1925, hoy hace exactamente 92 años, Salvador Dalí inauguró su primera exposición individual en la galería Dalmau de Barcelona. Expuso 5 dibujos y 17 óleos, uno de los cuales era Figura de perfil, un retrato de su hermana Anna Maria frente a una ventana. Esta pintura fue comprada por 500 pesetas por el farmacéutico Joaquim Cusí, propietario de los laboratorios Cusí y gran amigo del padre de Dalí, y desde entonces no se había vuelto a ver. El pasado 2 de marzo fue adquirido por la Fundació Gala-Salvador Dalí en una subasta en la sala Bonhams de Londres por 2,1 millones de euros, y ahora puede volver a contemplarse en Figueres.
Desde hoy hasta finales del año 2018 Figura de perfil podrá verse en la sala de las Logias del Teatre-Museu Dalí de Figueres en el marco de una exposición titulada Salvador Dalí, aprenent de pintor. Se da la circunstancia de que hasta que apareció en esta subasta este cuadro sólo se conocía a partir de una reproducción en blanco y negro, levemente recortada, publicada en la revista Atlántico en 1929. Ahora se expone junto a otros cuatro óleos que formaron parte también de la exposición Dalmau y que actualmente pertenecen a la fundación Dalí. Se trata del Retrato de Ramoneta Monsalvatge (una atractiva y misteriosa chica de Figueres, pianista e hija de un banquero, que fue otra de sus musas), Sifón y botellita de ron (una naturaleza muerta de estilo cubista), Figura de espaldas y Retrato de mi hermana. Estos dos últimos óleos son también dos retratos de Anna Maria Dalí y forman parte de una serie de hasta doce que le hizo durante estos años juveniles.
Figura de perfil presenta muchas similitudes con el retrato más conocido de Anna Maria, el titulado Muchacha de espaldas, también de 1925 y con un estilo incluso más realista. Esta obra, que perteneció a la familia Marquina (fue un regalo de bodas del propio Dalí), es propiedad del Reina Sofía de Madrid y es una de las más populares y reproducidas de este museo. Años después Dalí hizo una réplica en clave erótica en otro óleo titulado
Joven virgen autosodomizada por su propia castidad (1954).
Montse Aguer, directora de los museos Dalí, considera que en
Figura de perfil (óleo sobre cartón, de 74x49,5 cm) confluyen “la tradición y la vanguardia del momento”. La imagen de Anna Maria Dalí contemplando el paisaje del Sortell, una pequeña península perteneciente a la finca de la familia Pichot, da una sensación de “quietud” y de “tranquilidad” gracias a la “simplicidad de las líneas y el tratamiento de los espacios vacíos”, señala Aguer.
Pese a que esta pintura permaneció en casas particulares durante casi un siglo, se hallaba “en bastante buen estado” y según informaron ayer desde la fundación prácticamente no ha requerido de restauración. Sólo se ha cambiado un marco dorado por otro negro, más austero, y más acorde al que podía tener en los años veinte. Para evocar la exposición que Dalí hizo con tan sólo 21 años en la Dalmau se han forrado las paredes con una tela de seda rosa, se ha dispuesto un zócalo de madera y se ha escogido una tipografía para los textos que acompañan a los cuadros ambientada también en la época. En la misma sala, que está en el edificio de Torre Galatea, hoy comunicado con el museo, se incluye una vitrina en la que se reproduce
Durante 92 años este óleo estuvo en una colección particular y sólo se conocía por una foto en blanco y negro
El Teatre-Museu de Figueres muestra el cuadro junto a otras cuatro pinturas de la misma época
el catálogo de 1925 y las obras de esa muestra.
El propio Dalí se refirió a este periodo creativo con estas palabras: “Yo pintaba los paisajes de Cadaqués, mi padre, mi hermana, todo estaba sujeto a mi frenesí. Me interesaba la pintura de Chirico, a través de las revistas. Colaboraba en la Gaseta de les Arts de Barcelona y en L’Amic de les Arts, y tenía un libro que no abandonaba mi cabecera: los Pensamientos de Ingres”. La exposición en la Dalmau, que repetiría al año siguiente, combinó dos aspectos que marcaron su trayectoria, por un lado el retorno al orden y a la tradición y por el otro su búsqueda permanente de la parte más experimental fue bien acogida por la crítica y significó el primer reconocimiento de Dalí en Barcelona, aunque él en su habitual tono de provocación exclamó: “Esta exaltación de las bellezas del oficio y de la tradición casaban exactamente con mis ideas. Esta es la única base sobre la que uno puede erigirse cono un genio (...) Los críticos, a pesar de que siempre van con retraso e ignoran la verdad, esta vez mostraron su entusiasmo”.