Márquez, el día después de una ‘salvada’ a 160 por hora
“Sólo quiero seguir disfrutando, viviendo en este sueño”, asegura un Márquez sin techo
Con la misma insolencia y descaro con que envió, en el 2013, a la papelera de los hitos caducados al señor Freddie Spencer, durante 30 años el campeón más joven de la cilindrada reina, el indomable Marc Márquez ha igualado a cuatro mitos del motociclismo como los venerados Lawson, Surtees, Hailwood y Duke, el club de las cuatro coronas. Los dinosaurios ya son historia. Ahora, el más joven tetracampeón mundial de la clase reina, con 24 años y 8 meses, ya enfoca su próximo reto: los cinco cetros de Mick Doohan. ¿Hasta dónde llegará el niño de las maravillas?
“¿Hasta dónde puedes llegar, Marc?”, era la pregunta más recurrente, en inglés y en español, al recién proclamado campeón. Con el susto todavía en el cuerpo por la salvada del siglo con el codo de Dios, Marc se encogía de hombros. “Honestamente, no pienso en números, en nombres o en límites; sólo intento disfrutar y continuar en el sueño en el que vivo, continuar este momento dulce. Tengo 24 años y vivo en el mundo que siempre soñé desde que tenía 5 años. Pero toco con los pies en el suelo. Soy campeón hasta diciembre. En enero será una nueva temporada”.
EL PLANTEAMIENTO DEL 93 “Honestamente no pienso en números, en nombres o en límites; sólo en continuar este momento dulce”
Con su discurso directo, sencillo, sincero, Márquez descubría una de las claves de su meteórica carrera, uno de los motivos que le han permitido coleccionar ya seis títulos mundiales en ocho años –el más joven en lograrlo también–: la ambición, la motivación, el trabajo, el inconformismo. Unido, claro, a su talento innato, su equipo y unos medios –Honda– de primer orden.
Cuando le recuerdan que es el piloto más joven de la historia en almacenar semejante cuota de gloria, con un año menos que Rossi al llegar a los 6 títulos, Márquez prácticamente se sonroja. Y retroalimenta su hambre de más éxitos, su espíritu caníbal. “Estoy viviendo un sueño y no quiero que se termine. No quiero que estos números me relajen. Es cuando te relajas que pierdes la motivación, el carácter y lo pierdes casi todo. Es importante que tus rivales te vean fuerte, y que tú no te veas superior a ellos. Es lo que tengo que mantener: nunca subestimar a nadie. Hay 6 pilotos que te pueden ganar un Mundial”.
Y confesaba un pequeño pecado de soberbia: una de las enseñanzas que ha extraído de este campeonato 2017 ha sido “nunca subestimar a nadie, temer a todos los rivales por igual”. Lo decía por Andrea Dovizioso, un rival al que –admitía con pesar– “nunca había puesto en la quiniela de candidatos”. En el 2018 lo tendrá muy en cuenta, al mismo nivel que a los dos Yamaha oficiales, a Lorenzo, a su compañero Pedrosa, y a un sensacional Zarco.
La próxima meta será la quinta corona de MotoGP, que si cae en el 2018 le permitiría seguir superando a Rossi en precocidad al completar la manita (con un año menos, 25). Poco parece importar a Marc, más preocupado por mantener su planeta en orden. “Siempre he creído que para lograr éxitos hay que saber rodearse de la gente que toca, del equipo y el entorno. Desde los 11 años estoy con la misma gente, no he tocado nada, mi preparador físico es el mismo (Genís Cuadros), (y su mánager, Emilio Alzamora), ni me he movido de Cervera. Estoy disfrutando con la intensidad del primer día”. Por eso no se divisan límites en el horizonte de Marc Márquez.