Los miembros de ‘La Manada’ se declaran inocentes de agresión sexual
La presunta víctima de la violación en grupo testificará hoy en el juicio en Pamplona
Un cordón oscuro y dos policías forales cortan la entrada al pasillo que conduce a la sala 102 del Palacio de Justicia de Pamplona. El hermetismo es máximo y hasta las ventanas de la estancia están completamente empapeladas. Los cinco acusados de la violación múltiple ocurrida en los Sanfermines del 2016 pasaron ayer por ella, donde se inició el juicio con una gran expectación mediática. Todos ellos se declararon inocentes del delito de agresión sexual y uno reconoció ser culpable del robo del móvil de la joven.
Los miembros de La Manada, apodo con el que se hacían llamar y nombre del grupo de watsap en el que se jactaron de la agresión, llegaron al lugar una hora antes de las diez de la mañana, momento en el que estaba fijado el arranque de una vista para la que hay acreditados más de treinta medios de comunicación.
Los cinco jóvenes se enfrentan a una petición de 22 años y 10 meses de cárcel: 18 por un delito de agresión sexual, dos años y diez meses por otro contra la intimidad y dos más por robo con intimidación.
Tras desayunar juntos en la cárcel de Pamplona, donde coinciden desde finales de la semana pasada, los cinco fueron trasladados hasta el Palacio de Justicia en un furgón que accedió directamente al garaje del edificio y, desde ahí, a través de los ascensores interiores, se les llevó a la sala. Blindaje total en un proceso que durante diez jornadas se celebrará a puerta cerrada para proteger el “derecho a la intimidad” de la denunciante, así como el de los acusados. Tres de estos, que comparten abogado, han permanecido hasta ahora encarcelados en la capital navarra mientras los otros dos, un guardia civil y un militar, estaban en la prisión de Alcalá Meco. Cada uno de ellos cuenta con su propio letrado.
Los hechos se remontan a la madrugada del 7 de julio del 2016. La Fiscalía considera probado que, alrededor de las 2.50 h, la joven madrileña, de 18 años en aquel momento, se sentó en un banco de la céntrica plaza del Castillo, donde estaba uno de los acusados. Ambos iniciaron una conversación a la que se unieron posteriormente los demás. Apenas unos minutos después, la joven les comunicó que se iba a ir a dormir al coche con el que se había desplazado a Pamplona, donde la esperaba el amigo con el que hizo el trayecto a la capital navarra. Los acusados se ofrecieron entonces a acompañarla aunque, según indica el fiscal, su intención era en realidad mantener relaciones sexuales con ella. Ya en los porches de la propia plaza se plantearon entrar en un portal con escaleras descendentes, pero lo desecharon al ser el acceso a los baños del bar Txoko, una zona muy transitada.
El grupo continuó con la búsqueda de un lugar y probaron en varios hoteles. En el cercano Europa, preguntaron al portero por la disponibilidad de habitaciones para esa noche argumentando, según el fiscal, que se la “querían follar”. Ante la negativa, continuaron su trayecto hasta que, en la calle Paulino Caballero, uno de los acusados se dio cuenta de que una mujer estaba llamando al telefonillo del portal número cinco. El joven se desplazó hasta ahí y entró a la vez que la vecina, a la que explicó que estaban alquilados. Dos de ellos cogieron a la víctima por los brazos y la introdujeron en el portal. Eran las 3.08 h.
En la segunda planta se consumó la agresión múltiple. El fiscal considera probado que, “valiéndose de su superioridad física y numérica y de la imposibilidad de la víctima de ofrecer la más mínima resistencia
EL JUICIO, 16 MESES DESPUÉS
La joven madrileña, que el 7 de julio tenía 18 años, denunció la agresión múltiple
A PUERTA CERRADA
El fiscal pide a cada uno de los supuestos atacantes 22 años y 10 meses de cárcel
DE MADRID A PAMPLONA
Hoy declara la mujer: se desestimó que compareciera por videoconferencia
ante el temor a sufrir un daño aún mayor”, ésta fue “obligada” a realizar diversos actos sexuales entre los que el fiscal detalla felaciones y penetraciones vaginales y anales. Además, dos de los acusados grabaron con sus móviles y sacaron fotos de la escena, material que después compartirían en el grupo de
La Manada. “Cuando se dieron por satisfechos, se vistieron”, relata el fiscal. Poco antes de abandonar el portal, le quitaron el móvil a la víctima, extrajeron la tarjeta SIM y la dejaron en el mismo portal, con el fin de que la joven “no pudiera pedir auxilio”. Los cinco acusados abandonaron el lugar 19 minutos después de entrar, a las 3.27 h.
La víctima salió pocos minutos después a la calle y una pareja la encontró acurrucada en posición fetal en un banco cercano. Estaba llorando. Tras relatarles lo ocurrido, llamaron al 112 y la joven fue trasladada a un centro médico. La Manada fue detenida pasadas las 8.00 h tras ser identificados por policías municipales en el callejón de la plaza de toros después de correr el encierro. Posteriormente, fueron detenidos.
En la jornada de ayer se debatieron las cuestiones previas, entre las que las defensas de los acusados pedían que las acusaciones ejercidas por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona fueran apartadas al entender que la acción popular debe ser ejercida por asociaciones y colectivos y no instituciones. La petición fue desestimada, así como la de la Fiscalía de cambiar el orden de comparecencias, que solicitaba que fuesen los cinco acusados los que declarasen primero y no la joven madrileña, quien lo hará hoy. “Lo normal es que declaren antes los acusados, pero la sala segunda no funciona así: consideran que es más garantista ese otro orden”, explican fuentes jurídicas.
El juicio continúa hoy con la declaración de la joven, cuya petición de comparecer por videoconferencia desde Madrid fue desestimada. En todo caso, en ningún momento coincidirá con los cinco acusados, que serán trasladados a una sala aparte durante su relato. También declarará hoy la pareja que la encontró en el banco.