María Blasco
INVESTIGADORA DEL CÁNCER
Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han ensayado con éxito en ratones una nueva estrategia para atacar los tumores cerebrales. Su próximo objetivo es comprobar que también es eficaz en personas.
Un nuevo grupo de fármacos experimentales contra el cáncer ha demostrado que puede atacar las células de los tumores cerebrales en un ensayo realizado con ratones. Si estos fármacos se llegan a ensayar en personas, y se confirma que son eficaces y seguros, podrían transformar el tratamiento de un tumor que hoy día tiene mal pronóstico.
“Hay una gran necesidad de nuevos tratamientos contra el glioblastoma”, que es el tipo de tumor cerebral más común y más grave, declara María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que ha liderado la investigación.
Este tipo de tumores dependen en gran medida de los telómeros de sus células (es decir, de las estructuras que hay en los extremos de los cromosomas y que protegen el ADN). Los telómeros son particularmente importantes para las células madre del cáncer, que tienen la capacidad de regenerar un tumor cerebral aunque se haya extirpado la mayor parte en una intervención quirúrgica. De ahí que María Blasco y su equipo buscaran una estrategia para inhabilitar los telómeros en los tumores cerebrales.
Han identificado una proteína llamada TRF1 que ha resultado ser esencial para proteger los telómeros. A través del programa de descubrimiento de fármacos del CNIO, han identificado tres moléculas que inhiben la TRF1. Han ensayado los tres compuestos en cultivos de células de glioblastoma en el laboratorio y en ratones a los que se habían trasplantado tumores cerebrales humanos. Según los resultados presentados en la revista Cancer Cell, inhibir la TRF1 bloquea el crecimiento de los tumores sin efectos secundarios significativos. Además, tiene efectos sinérgicos con la radioterapia y la quimioterapia, de modo que potencia su eficacia.
“Atacar los telómeros inhibiendo la TRF1 es una nueva estrategia terapéutica contra el glioblastoma”, concluyen los investigadores. Pero esta estrategia aún tardará en fructificar en fármacos útiles para los pacientes, admite Blasco.
Por ahora, el equipo del CNIO está colaborando con el Centro de Investigación Príncipe Felipe de València para convertir estas moléculas en fármacos que puedan llegar hasta los tumores cerebrales, porque las tres que se han identificado hasta la fecha no pueden cruzar la llamada barrera hematoencefálica.
Una vez se haya resuelto esta cuestión, la intención del CNIO es iniciar ensayos clínicos con un fármaco que inhiba la TRF1. Dado que desarrollar un nuevo fármaco requiere una financiación que supera las posibilidades del CNIO, “ahora estamos buscando un socio farmacéutico”, informa Blasco.