Roy Moore
Una iniciativa en las redes, #MeAt14, acentúa la crítica al republicano que acosaba a menores
CANDIDATO AL SENADO DE EE.UU.
Crece la presión sobre el republicano Roy Moore (70), aspirante a un escaño en el Senado por Alabama para que abandone la carrera. Moore ha sido acusado por cinco mujeres de abusos sexuales cuando él era treintañero y ellas menores.
Las mujeres se erigen en el frente de ataque al trumpismo. La campaña en las redes #MeAt14 –yo, a los 14 años– provoca un efecto rupturista entre los republicanos, atrapados como pocas veces en la doble moral y en las rencillas personales. Guerra interna.
Catherine Lawson, abogada de Carolina del Norte, consta como la que lanzó ese hashtag. Lo hizo en respuesta al acoso desde medios conservadores, como Fox News o Breitbart, a las cuatro mujeres que tuvieron la valentía de salir a la luz y denunciar que el candidato ultrarreligioso Roy Moore, de 70 años y aspirante a un escaño al Senado por Alabama el próximo 12 de diciembre, llevó a cabo aproximaciones sexuales cuando él tenía 32 años y ellas eran menores. Una, de sólo 14. Otra quinta salió ayer. Tenía 16 años cuando sucedió.
La iniciativa se expandió como la pólvora en el mundo digital y tuvo un reflejo inmediato en el terrenal. “Yo creo a esas mujeres”, respondió ayer Mitch McConnell, líder republicano que preside el Senado al hablar de las cuatro denunciantes contra Moore, llamado “el juez de los Diez Mandamientos” por su fundamentalismo. McConnell olvidó sus reticencias iniciales, cuando la respuesta fue “si es verdad...”.
Ayer estuvo contundente: “Pienso que debe dejar la carrera electoral”. Sin embargo, salvo aplazamiento, ya es demasiado tarde para poder hacer cambios. Pero McConnell dijo que exploran la opción de lo que se denomina a write-in candidate, que permitiría a los votantes poner en las papeletas otro nombre, en este caso el del senador Luther Strange, que fue derrotado en las primarias.
A la espera de que el presidente Trump regrese de su viaje por Asia –la Casa Blanca se limitó también al “si es verdad”–, Moore ha respondido desafiante, pidiendo “el regreso a los valores de Dios” y dispuesto “a investigar” a las que le acusan. “Esto es un complot entre demócratas y el establishment republicano de Washington”, proclamó. Su valedor Steve Bannon, ultraderechista y exasesor de Trump, se la ha jurado a Mitch McConnell.
Los republicanos de Alabama, ante unas encuestas en las que crece el apoyo al demócrata Doug Jones,
desoyen a los responsables del partido y se han fortificado en torno Moore y la Biblia.
Entre sus voceros figura Sean Hannity, palmero mayor del trumpismo en la Fox. Para exculpar a un candidato que no recordó “algo así” (respecto a las acusaciones) y que aseguró que jamás tuvo citas con jóvenes “sin autorización de su madre”, a Hannity no se le ocurrió otra cosa que calificar de “consentidas” esas relaciones con menores. Tuvo que retractarse, más que nada porque varias firmas retiraron la publicidad de su programa.
Era tarde. Ya había surgido el #MeAt14, que le deja en muy mal lugar. Las mujeres se han movilizado, como hicieron al día siguiente de la toma de posesión del presidente o en las elecciones del pasado martes. Aumentó el número de candidatas que, además, ganaron en diversos frentes.
McConnell cree en las acusaciones contra el candidato y le insta a dejar la carrera por el Senado