Un terremoto en un seísmo
Irán se la juega en su respuesta al terremoto que ha afectado a sus áreas kurdas. El aperturista Rohani promete mejores infraestructuras para estas zonas de montaña tradicionalmente abandonadas. Y en la senda de Jatami, quiere aumentar el reconocimiento cultural de la segunda minoría del país, con ocho millones de habitantes (10% de la población). Un cambio de rasante respecto al sha, que ignoró sus reivindicaciones, y el ayatolá Jomeini, que, tras darles salida, las reprimió por la alianza de sus kurdos con Sadam Husein durante la guerra. Desde hace dos años, la República Islámica cuenta con su primer embajador kurdo (y suní). Persiste la represión, pero el seísmo de expectativas que agita a los kurdos en tres países empuja al compromiso.