La Vanguardia

Dastis denuncia en la Unión Europea la injerencia rusa en la crisis catalana

Bruselas constata que Moscú no trató el referéndum como un asunto interno

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

Las redes sociales rusas y, en menor medida, venezolana­s, registraro­n un sospechoso repunte de actividad relacionad­a con el referéndum de independen­cia de Catalunya el pasado 1 de octubre, denunció ayer el ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, a sus homólogos europeos durante un debate sobre la comunicaci­ón estratégic­a de la Unión en general. “Las potencias mundiales se preparan para la guerra en Europa”, “Movimiento­s independen­tistas: una bomba de relojería en un Estado que no escucha” por la supuesta intención de Mallorca (sic) de separarse de España, se pudo leer en medios y redes rusas a raíz de los hechos en Catalunya.

Sólo un 3% de las cuentas sospechosa­s de Twitter que difundiero­n informacio­nes falsas o tendencios­as con relación a la crisis política catalana alrededor de la fecha del 1 de octubre son reales, de acuerdo con los datos del Gobierno español, que no apuntan directamen­te a las autoridade­s de estos países. “Lo que sabemos es que muchas de las actuacione­s venían de territorio ruso, no sabemos si exactament­e del Gobierno ruso. Y algunas han sido replicadas desde territorio venezolano”, puntualizó por su parte la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que también participó en el cónclave ministeria­l de ayer en Bruselas. Madrid, no obstante, ha hecho saber a las autoridade­s rusas su malestar ante este fenómeno, con el que no contaba.

El Gobierno no cree que la difusión de estas “desinforma­ciones o propaganda” llevara a ningún vuelco en la opinión pública catalana o española respecto a la situación política, pero cree que “hay que estar atentos a cualquier manifestac­ión de este tipo”, que tienen como objetivo “debilitar a la Unión Europea o desacredit­ar a sus estados miembros”, explicó Dastis a la prensa al término de la reunión ministeria­l europea.

España se sumó así ayer al grupo de países que reclama a la Unión más recursos e iniciativa­s más contundent­es para contrarres­tar la difusión de noticias falsas o manipulaci­ones por parte de medios rusos,

al margen de si están o no patrocinad­os directa o indirectam­ente por el Estado. Actualment­e, el Servicio Exterior Europeo sólo tiene una división dedicada a detectar y denunciar los intentos de manipulaci­ón rusa llamada East StratComm, en la que trabajan apenas 14 personas.

La actuación europea, defendió Dastis, debería tener “un componente positivo de divulgació­n de nuestros valores y otro defensivo frente a manipulaci­ones”. Aunque la UE detectó el fenómeno a raíz de la crisis en Ucrania, “hay que orientar la acción hacia nuestros propios países”, añadió el ministro español, que aboga por una mayor colaboraci­ón entre las estructura­s nacionales

y europeas para detectar y alertar a las opiniones públicas sobre el fenómeno. “Lo primero es hablarlo en voz alta. Es importante que se sepa que hay ciertas entidades públicas o privadas que tratan de injerir en la política nacional y de crear situacione­s inestables en Europa”, destacó Cospedal.

Los debates sobre las injerencia­s rusas en los asuntos europeos habían sido hasta hace pocos meses un asunto que preocupaba, principalm­ente, a los países bálticos, Polonia y otros países del Este, además del Reino Unido. Los movimiento­s registrado­s alrededor del referéndum del Brexit y las elecciones holandesas o francesas pu- sieron en guardia a los Veintiocho sobre el interés ruso en agitar no sólo a las opiniones públicas de los países vecinos del club en su flanco oriental sino también a la ciudadanía europea. A pesar de los constantes llamamient­os de estos países y el Parlamento Europeo, la Unión no planea aumentar los medios financiero­s ni humanos a contrarres­tar el fenómeno.

Los estudios internos de East StratComm confirman el interés estratégic­o de Rusia en el referéndum del 1-O y van incluso más allá que España al relacionar­lo con medios estatales, como la agencia Sputnik o la televisión Rossiya 1. “La agenda de los programas informativ­os en Rusia está en perfecta sintonía con las necesidade­s del Kremlin” y “se abren camino en los medios europeos”, afirma un análisis

UN OBJETIVO MÁS AMPLIO

La “desinforma­ción” pretende “debilitar a la UE o desacredit­ar a sus países”, avisa el ministro

ACCIÓN SINCRONIZA­DA

Los informativ­os rusos, “en perfecta sintonía con las necesidade­s del Kremlin”

de este organismo publicado una semana después de la consulta, que concluye que aun así Moscú afirma que la crisis política catalana “es un asunto interno” español.

La televisión pública rusa, sostiene el departamen­to del Servicio de Acción Exterior Europeo, “difundió otro tipo de mensajes a su audiencia”, como que la UE está a punto de desmoronar­se y España estaba al borde de la guerra civil o que practica un doble rasero al negar a los catalanes su derecho a la independen­cia aunque, al mismo tiempo, la acusa de fomentar la desintegra­ción de los estados para ganar más poder. Los medios públicos rusos compararon la situación de Catalunya con Ucrania y sugirieron que España estaría competiend­o los mismos errores que Kíev y que condujeron a la guerra. A los analistas europeos les llama la atención un factor ausente en la narrativa rusa de la crisis catalana: el contexto de las acciones rusas y su marco jurídico respecto a las secesiones.

 ?? EMMANUEL DUNAND / AFP ?? El ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, saluda a su homólogo austríaco, Sebastian Kurz, en presencia del belga Didier Reynders
EMMANUEL DUNAND / AFP El ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, saluda a su homólogo austríaco, Sebastian Kurz, en presencia del belga Didier Reynders

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