La violación en los Sanfermines, a juicio
LA Fiscalía solicita veintidós años de cárcel para los cinco sevillanos acusados de agredir y violar a una joven madrileña en la madrugada del 7 de julio del 2016, durante la fiesta de los Sanfermines, en un caso que conmocionó por su brutalidad a la opinión pública. El abogado de la víctima eleva la petición a veinticuatro años y las acusaciones particulares a veinticinco. Serían unas penas, en el caso de que el juicio que comenzó ayer en Pamplona dictaminase la culpabilidad de los acusados y aceptase dictar dichas condenas, que tendrían un marcado carácter ejemplarizante ante los delitos de violación.
El gran impacto mediático que tuvo en su día dicho suceso, a raíz de la valentía que demostró la joven supuestamente violada de denunciar los hechos, ya sirvió para generar un importante movimiento de concienciación social contra las agresiones y abusos sexuales que sufren las mujeres, especialmente en este caso durante las fiestas de San Fermín, pero también en otras muchas festividades populares.
Ahora, la gran expectación que ha generado el juicio contra los cinco sevillanos acusados de la violación múltiple de la joven madrileña se verá frustrada por la acertada decisión de la Audiencia de Navarra de que las sesiones se desarrollen íntegramente a puerta cerrada para proteger “el derecho fundamental a la intimidad” de la denunciante, así como para salvaguardarla a ella y a los cinco acusados de una “indeseada e indeseable exposición pública aireando aspectos relativos a su intimidad corporal y vida sexual” que pertenecen a la esfera personal. Pero el desarrollo a puerta cerrada del juicio no le quita trascendencia, dado el grave delito que se juzga, y la opinión pública estará pendiente de su desarrollo. Lo importante es que se haga justicia y que se castigue a los presuntos autores de la citada violación, en caso de que se pruebe su culpabilidad.
Como denuncian las organizaciones feministas, la cultura del acoso sexual y de la violación está demasiado presente en la sociedad actual. No se visualiza lo suficiente porque muchas víctimas no denuncian los hechos y callan por temor a ser juzgadas por su entorno y por la sociedad. Según datos del Ministerio del Interior el año pasado se registraron en España 1.249 agresiones sexuales con penetración, es decir, una violación cada ocho horas. Pero, según estudios realizados al respecto, sólo se habrían denunciado uno de cada seis casos, por lo que el fenómeno adquiere una dimensión mucho mayor y, además, va en aumento. Es necesario, por tanto, un mayor trabajo cultural, social , judicial y legislativo para combatir la violencia sexual.