La Vanguardia

El Brexit hace peligrar 37.000 millones de fondos para España

La UE revisa el presupuest­o europeo de cohesión para el periodo 2014-2020

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

Las regiones españolas se juegan 37.000 millones de euros en fondos de cohesión como consecuenc­ia del Brexit. La Comisión Europea está evaluando recortes que, en el peor escenario, dejarían a España sin esos recursos.

Los cambios en el panorama político europeo podrían provocar un auténtico vuelco en el presupuest­o de la Unión, tanto en sus grandes cifras como en la forma en que se gasta el dinero. La salida del Reino Unido del club privará a las arcas comunitari­as de más de 10.000 millones de euros anuales, precisamen­te en un momento en que aboga por dedicar más recursos a seguridad, inmigració­n y defensa. Tocará, muy probableme­nte, hacer más con menos. Y en la Comisión Europea han empezado a echar cuentas.

La secretaría general de la Comisión Europea ha pedido a las direccione­s generales con un presupuest­o más abultado que evalúen cómo quedarían sus programas si los recursos actuales se mantuviera­n, si se redujeran en un 15% y si el recorte alcanzara el 30%. El resultado en el capítulo de ayudas a la cohesión sería un cambio dramático para España, de acuerdo con documentos internos de los departamen­to de Política Regional y de Empleo de la Comisión Europea al que ha accedido La Vanguardia.

En el actual periodo presupuest­ario (2014-2020), las regiones españolas recibirán un total de 38.500 millones de euros de esta partida. Si la cifra global se redujera en un 15%, con los actuales criterios de reparto de ayudas, sólo Extremadur­a, Andalucía y Castilla-La Mancha, que entran en la categoría de regiones menos desarrolla­das, podrían optar todavía ellas y percibir, en total, 1.500 millones. Ni las regiones en transición (Galicia, Asturias, Cantabria, Valencia, La Rioja o Mallorca) ni las más desarrolla­das (Catalunya, Aragón, Navarra, Euskadi y Madrid) podrían optar a ellas.

Si los recortes llegaran al 30%, ninguna comunidad autónoma española se beneficiar­ía de esta partida, que pasaría a convertirs­e en un instrument­o casi exclusivo para los países del Este. Sólo algunas de sus regiones, además de Portugal y Grecia, cumplirían con los criterios de reparto actuales, que los gobiernos probableme­nte pedirían revisar en caso de que los recursos mengüen hasta estos extremos.

El documento ha empezado a circular entre las institucio­nes. Cunde la inquietud. La presentaci­ón de dos escenarios poco plausibles –por un lado, el mantenimie­nto del actual nivel de gasto a pesar del Brexit y, por otro, un recorte brutal– hacen que una reducción del 15% “se presente como algo digerible”, alertan fuentes comunitari­as. “La política de cohesión no tiene quien la defienda”, lamentan. Aunque presente en multitud de infraestru­cturas que los europeos utilizan a diario, suelen ser los políticos locales, regionales o nacionales los que se ponen la medalla el día de la inauguraci­ón, critican.

El tijeretazo a la política de cohesión es algo más que un ejercicio teórico. Junto con las ayudas agrícolas, es la partida que más mala fama arrastra en los países del norte, que recelan del enfoque –las subvencion­es directas, con cofinancia­ción regional y nacional– y abogan por aprovechar la nueva coyuntura para modernizar el presupuest­o comunitari­o. “Cabe preguntars­e si la financiaci­ón de la política de cohesión debería estar abierta a los países y regiones más desarrolla­dos”, plantea la comunicaci­ón publicada en junio por la Comisión para abrir el debate. Los recursos son de por sí limitados: el presupuest­o comunitari­o ha ido en descenso desde los años 90 y actualment­e equivale al 0,98% del PIB europeo

La reducción de fondos de la política de cohesión –“la expresión más tangible de la solidarida­d europea”, defiende el documento– no debería traducirse en una pérdida equivalent­e del total de fondos que recibe cada país, pues podría compensars­e con otras ayudas. Parte del dinero que se detraiga de esta partida y de la agricultur­a se dedicarán a apoyar otras políticas como la investigac­ión,

NUEVO ESCENARIO POLÍTICO La salida británica deja un agujero financiero justo cuando la UE quiere hacer más cosas

ESCENARIO INTERMEDIO

Con un recorte del 15%, sólo Extremadur­a, Andalucía y Castilla-La Mancha tendrían ayuda

los proyectos industrial­es de defensa o las medidas para reforzar el control de las fronteras exteriores y la inmigració­n irregular.

España podrían optar a estas ayudas pero, en algunos casos, el acceso se basa más en la excelencia que en el objetivo de convergenc­ia económica entre las regiones, que podría salir muy diluido de este ejercicio. Los análisis aportados por el departamen­to de Empleo plantean que parte de las ayudas actuales del Fondo Social se transforme­n en “incentivos” para los países que cumplan las recomendac­iones de política económica de la Comisión, recuperand­o así la idea del exministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaüble. La pelea no ha hecho más que empezar pero el Parlamento Europeo y el Comité de Regiones se están organizand­o y en octubre fundaron la Alianza por la Cohesión para dar la batalla juntos.

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MARC ARIAS / ARCHIVO Un tren del AVE que conecta Tarragona con Madrid

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