El ejército toma el control de Zimbabue y arresta a Mugabe
El ejército toma el control de Zimbabue y arresta en su domicilio al presidente
Zimbabue amaneció ayer con tanques en las calles, militares en la televisión pública y con el presidente Robert Mugabe en arresto domiciliario junto a su esposa, Grace. El terremoto político empezó pronto. A las cuatro de la mañana, el general Sibusio Moyo apareció en el canal público vestido de militar para anunciar que el ejército tomaba el control para detener a “criminales alrededor del presidente” que habían provocado “sufrimiento económico y social al país”. El portavoz militar apuntó que el mandatario, al frente del país desde hace 37 años, estaba retenido en su casa “sano y salvo” pero subrayó varias veces que no se trataba de un levantamiento militar. Insistió tanto que no era un golpe que sonó a confirmación.
Horas después, hasta media docena de tanques y centenares de soldados, liderados por el jefe de las fuerzas armadas, tomaron sin apenas resistencia el palacio presidencial, el aeropuerto y las principales instituciones. Los uniformados no aclararon si Mugabe ha sido destituido como presidente o permanece como hombre de paja durante un periodo de transición, pero el aparente golpe de Estado anuncia aires de cambio: Zimbabue inicia el fin de una era.
La lucha por el poder está detrás. A la evidente debilidad física mostrada en varios mítines por Mugabe, de 93 años, se han sumado sus intentos para favorecer a su esposa, Grace, como relevo en la presidencia. El rápido ascenso de la primera dama, de 52 años, y que ya provocó en el 2014 la destitución de una vicepresidenta rival, ha acabado por dividir al Zanu-PF, partido en el poder. La fulminante destitución la semana pasada del vicepresidente Emmerson Mnangagwa, apodado el Cocodrilo yel favorito entre los hombres fuertes del partido y el ejército para la sucesión, llevó al punto sin retorno.
Un día después, Mnangagwa huyó a Sudáfrica tras denunciar amenazas e intentos de asesinato y desde el exilio mandó una advertencia a Mugabe. “No me voy a ir a ningún lado; lucharé con uñas y dientes contra aquellos que se burlan de los principios fundadores del Zanu-PF, su ética y sus valores. Tú (en referencia a Mugabe) y tus cohortes deberéis iros”. El pasado lunes, el jefe del ejército y amigo íntimo del Cocodrilo, Constantine Chiwenga, criticó la purga y avanzó lo que iba a ocurrir: “En lo que respecta a proteger nuestra revolución, las fuerzas armadas no dudarán en intervenir”.
Anoche se desarrollaban negociaciones entre Mnangagwa y líderes de la oposición para formar un gobierno interino que lidere la transición y suavizar así las críticas regionales por un cambio presidencial por la fuerza.
Las detenciones apuntan a un cerco a las ambiciones de Grace Mugabe. Tres ministros muy cercanos a ella, como el responsable de Finanzas, Ignatius Chombo, además del líder de las juventudes del partido, fueron arrestados por los militares. Por otro lado, varias figuras de la llamada Generación 40 o G-40, miembros del partido de entre 35 y 50 años que forman el círculo político fuerte alrededor de Grace, estaban ayer en paradero desconocido.
El abogado y analista político zimbabuense Alex Magaisa apunta a una lucha de intereses. “Ha habido una batalla entre generaciones: la generación de la liberación, que reclama su autoridad y legitimidad por su lucha para la independencia, y la generación que les ha desafiado. La generación de la liberación ha triunfado por la ley de las armas”. Para Magaisa, los antiguos aliados de Mugabe han provocado la caída de su líder “dejándole en el poder pero sin poder efectivo”.
No sólo es una cuestión de control de las instituciones. En un país de enormes riquezas naturales, los intereses económicos de las élites también juegan un papel clave. En un cable filtrado por Wikileaks en el 2010, diplomáticos estadouni-
El mandatario, de 93 años, con 37 en el poder, está retenido en su casa, “sano y salvo” según los militares
La asonada favorece al depuesto vicepresidente y frena el ascenso de Grace Mugabe al poder