La escuela catalana defiende su modelo integrador
La plataforma Somescola, formada por medio centenar de entidades vinculadas a la educación, cerró filas ayer en torno a la escuela catalana y sus profesionales ante las acusaciones recibidas por supuestos “adoctrinamientos” que están introduciendo “temor” en los centros.
Somescola ha redactado un manifiesto para dar “confianza” a la comunidad docente para que transmita los valores éticos y democráticos como siempre, fomentando el pensamiento crítico de los alumnos. “Queremos lanzar un mensaje de tranquilidad y normalidad”, señaló la presidenta de la Federació de Moviments de Renovació Pedagògica de Catalunya, Pilar Gargallo, durante la presentación del manifiesto en l’Hospitalet de Llobregat. La escuela es “un patrimonio”
Un manifiesto quiere dar un mensaje de “tranquilidad” a los docentes para que eduquen sin temor
de la sociedad que integra y cohesiona a la población, un modelo comprometido con la igualdad de oportunidades de los alumnos “que hay que proteger con movilizaciones, si hace falta”, defendió Gargallo.
Desde hace unos meses, la labor de los profesores está siendo objeto de críticas. El presidente Mariano Rajoy dijo el martes que reforzaría la alta inspección de Educación y el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, señaló que la política debe abandonar las aulas. Estas declaraciones se realizaron después de que ocho docentes de la Seu d’Urgell fueron a declarar al juzgado por presunta “incitación al odio” la semana pasada. Por su parte, Societat Civil Catalana está recogiendo denuncias de familias “por lo que está pasando en los centros”.
“Se quiere romper artificialmente un consenso social”, manifestó Eduard Vallory, del Centre Unesco. “Que agentes tan distintos como los que están sentados en esta mesa tengan claro lo mismo da una idea de lo que tenemos en común”, afirmó. Por su parte, Rosa Berrio, del sindicato Ustec-Ste instó a dar apoyo a los docentes “para que el miedo no se instale en las escuelas”.
En Somescola figuran agrupaciones de estudiantes, familias, movimientos de renovación pedagógica, sindicatos y entidades como la Fundació Jaume Bofill, el Institut d’Estudis Catalans, y Òmnium Cultural, entre otros.