La Vanguardia

Los menores inmigrante­s también duermen en el suelo en el nuevo espacio

La sala habilitada en el Instituto Forense carece de condicione­s para adolescent­es

- TONI MUÑOZ Barcelona

La Conselleri­a d’Afers Socials se vio forzada a cambiar de ubicación a los menores inmigrante­s que pasaban las noches en la Ciutat de la Justícia a la espera de una plaza en un centro de acogida. La juez decana de Barcelona prohibió que durmieran en dependenci­as judiciales ya que las instalacio­nes no reunían el acondicion­amiento óptimo para albergar a aquellos jóvenes. Con esa decisión tan drástica la juez pretendía forzar a la Generalita­t a buscar una emplazamie­nto más adecuado para los menores después de más de seis meses de reclamacio­nes infructuos­as. La conselleri­a se vio en la tesitura de improvisar un nuevo espacio y habilitó una sala en el instituto forense donde las condicione­s se asemejan mucho a las que ya había. Los menores siguen durmiendo en colchones esparcidos por el suelo– como demuestra la foto de Llibert Teixidó– y mal alimentánd­ose de comida precocinad­a.

La sala situada en el Instituto de Medicina Legal y Forense reúne las mismas carencias que el pasillo de la Fiscalía o las celdas para menores de la Ciutat de la Justícia que en los últimos meses han ejercido de albergue improvisad­o. La mayor diferencia es que al menos en este nuevo emplazamie­nto no existe la posibilida­d de que algunos de ellos acaben siendo trasladado­s a los calabozos para pasar la noche–como se hacía por cuestión de espacio y no porque cometieran ningún delito–, y están al cuidado de educadores y trabajador­es sociales sin presencia de mossos d’esquadra. La nueva sala en el instituto forense tampoco ha estado exenta de problemas en tan solo dos días. Fuentes consultada­s aseguran que ya se han dado casos de consumo de cocaína y de adolescent­es sorprendid­os esnifando pegamento.

Con el cambio de ubicación, la Generalita­t ha logrado sortear el control que ejercía la jueza decana, que ostenta la potestad de velar por la buena utilizació­n de los locales judiciales, pero sin mejorar las condicione­s de estos jóvenes. Fuentes del Govern subrayan que el traslado al Instituto Forense es provisiona­l mientras se busca un espacio permanente.

Estos jóvenes son conocidos en la terminolog­ía burocrátic­a como Menas (menores extranjero­s no acompañado­s). El fenómeno tiene dos vertientes. La primera es que se ha producido una llegada masiva de menores inmigrante­s procedente­s de Marruecos y Argelia a

Los jóvenes extranjero­s pasan la noche en colchones y mal alimentánd­ose de comida precocinad­a

quienes sus familiares han animado a buscarse una vida mejor en España. Y la segunda, que la Generalita­t carece de suficiente­s plazas en centros de protección. El problema es que pasan días entre que los mossos los encuentran vagando por las calles hasta que los mandan a un centro. Así, los Menas llegaban a pasar varias noches en celdas o bien en el pasillo de la zona de Fiscalía donde llegaban a acumularse hasta una veintena. Los espacios carecían de ventilació­n y de suficiente­s duchas. Las condicione­s en las que estaban los Menas en la Ciutat de la Justícia, como alertó la juez decana, eran intolerabl­es. Y por ahora siguen siendo las mismas.

 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Un menor reposando, ayer, en una colchoneta en el suelo del Institut de Medicina Legal
LLIBERT TEIXIDÓ Un menor reposando, ayer, en una colchoneta en el suelo del Institut de Medicina Legal

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