El mundo del revés
El Barcelona Lassa se desmorona y desperdicia una ventaja de 26 puntos
Una de las series de moda en Netflix, Stranger things, estrena segunda temporada manteniendo la línea argumental de la primera, con suspense y conexiones sobrenaturales, es decir, entre el mundo real, el que conocemos, y
una pantalla virtual en la que aparecen criaturas peligrosas. De alguna forma, el Barcelona Lassa se ha situado en el mundo del revés, donde todo es muy oscuro, tanto como el juego de los blaugrana, que resulta incomprensible. Ayer el equipo de Sito Alonso dio un recital de falta de liderazgo –en la pista y en el banquillo–, de carácter, de valentía y dejó escapar una ventaja de 26 puntos para hundirse un poco más en la clasificación (2-5). Las consecuencias de lo sucedido ya se verán, pero la derrota es muy dolorosa y resulta muy difícil creer en un colectivo capaz de realizar una actuación tan vergonzosa como la de ayer. El efecto de la victoria en Madrid del pasado domingo se ha esfumado en un visto y no visto.
Y todo resulta aún mucho más confuso si tenemos en cuenta que los diez primeros minutos azulgrana fueron un festival. El Baskonia, el día anterior, había anotado 36 puntos ante el Real Madrid camino de una paliza histórica. Los blaugrana superaron incluso esa cifra para lograr 38 ante un Bamberg que asistía sin respuesta al espectáculo visitante, que rozó la perfección. Sanders, gracias a su fortaleza, hizo lo que quiso con lanzamientos cercanos casi siempre al aro, Seraphin mandó bajo los tableros ante un adversario débil en este aspecto y Moerman consiguió 8 puntos muy valiosos. El Barça defendió, controló el rebote y corrió mucho, lo que le dio puntos fáciles. El 12-38 dejaba el partido prácticamente sentenciado, pero esto nunca puede decirse ante un Barcelona Lassa tan irregular.
Cuatro ataques consecutivos sin anotar, en los que Tomic falló de forma increíble en posiciones muy claras, dieron aire al conjunto de Trinchieri, que con un parcial de 7-2 en el inicio del segundo cuarto cortó en seco la marcha triunfal de los barcelonistas para empezar otro encuentro. Las rotaciones de Sito Alonso debilitaron demasiado a su equipo y aunque un parcial de 0-7 con un triple de Claver y cuatro puntos de Seraphin llevaron al 21-47 –la misma diferencia que en el minuto 10–, el desenlace de esa fase fue muy negativo para los catalanes (16-2), que perdieron la brújula y permitieron que su rival creyera en la remontada. Un error que no se puede perdonar.
De ahí al final todo fue de mal en peor. Sería injusto personalizar en alguien porque todos los jugadores barcelonistas estuvieron muy mal. Y el Bamberg lo aprovechó, primero con el 62-66 (30m) y luego con el 75-74 –otra vez por delante– gracias a una canasta de Hickman, impecable junto a Wright –8 puntos en el último cuarto–. Ante ellos, el Barça simplemente desapareció.