Dos décadas de Navarro
Juan Carlos Navarro debutó en el Barça el 23 de noviembre de 1997, veinte años repletos de éxitos personales y colectivos Pujol había pactado con el PP de Aznar. Eran otros tiempos.
Tal día como hoy hace 20 años debutaba en el FC Barcelona Juan Carlos Navarro en un partido contra el Covirán Granada, dando inicio a una carrera que ha llevado al escolta a lo más alto del baloncesto tanto en lo que respecta a clubs como a selecciones.
Tengo la misma ilusión por jugar que el primer día. Durante este tiempo, me han pasado cosas buenas y la verdad es que nunca esperaba llegar donde he podido hacerlo y ganar lo que he ganado. Tampoco he tenido ninguna lesión grave y estoy contento de haber hecho todo lo que he hecho. En el Barcelona siempre hay la presión de ganarlo todo, hay mucha gente que opina de todo y tú intentas alejarte de eso y hablar en la pista, que es donde me gusta hacerlo a mí”. Han pasado ya veinte años desde que un joven entrenador, Joan Montes, dio los primeros minutos en el Barcelona a un jugador novel, Juan Carlos Navarro, destinado a marcar una época en el club –y también en la selección– donde se ha desarrollado toda su carrera –con excepción de la temporada 2007-2008 cuando aceptó la aventura americana para jugar unos meses junto a su amigo Pau Gasol en Memphis Grizzlies–. Fue un 23 de noviembre de 1997 en un partido entre el equipo barcelonista y el Covirán Granada, que ganó el conjunto azulgrana por un claro 99-75. Unos meses antes, había empezado el programa Saber y ganar en TVE con Jordi Hurtado –el presentador, incombustible, aún sigue al frente– y el año antes Jordi
El debut. “Fue muy bonito que el Palau coreará mi nombre. Recuerdo los nervios, pero también que salieron muy bien las cosas. De hecho, fui un poco el centro de atención a pesar de que un jugador importante como Dueñas volvía al equipo después de una larga lesión”. Navarro jugó –en la posición de base al reemplazar a Djordjevic– sus primeros minutos (11, 1m30s en la primera parte y el resto al final del encuentro) en la ACB ya con el apodo de la Bomba, que le ha acompañado toda su carrera. En ese tiempo logró 10 puntos (2/3 canastas y 6/7 tiros libres, más 2 rebotes y 1 asistencia). Juan Antonio Casanova escribió ese día en La Vanguardia que “físicamente parece muy endeble. Le faltan kilos con los que rellenar sus 190 centímetros. Pero es una impresión engañosa. Juan Carlos Navarro es todo fibra. Y ganas de hacer cosas distintas. Es la antítesis del base estereotipado que tanto se lleva. No se limita a botar y botar, y pasar y pasar. Es valiente y tiene calidad. Le gusta jugársela y a menudo resulta imprevisible”.
La final del Mundial júnior de Lisboa. La llamada generación de oro, en la que estaban Raül López, Pau Gasol y, por su puesto, Juan Carlos Navarro, sorprendió a Estados Unidos en la final de 1999 por 94-87. El escolta de Sant Feliu de Llobregat fue designado MVP de la final con 25 puntos y 6 asistencias, pero su papel ya había sido determinante en la semifinal frente a Argentina con otros 22 puntos. El catalán dio un recital de carácter y decisión, y acabó con un promedio de 18,6 puntos por encuentro, dejando claro que iba a convertirse en un jugador decisivo para el baloncesto blaugrana.
Sus nueve dorsales. En el Palau comenzó con el 5 ante el Granada. Curiosamente, es la misma cifra que lució en los Juegos de Sydney. Antes de que Pau Gasol llevara el 16, lo tuvo Navarro –por primera vez en diciembre de 1997 ante el León– en once oportunidades. Mientras se consolidaba en el primer equipo barcelonista jugó también con el 8, el 10, el 4 –en su primer enfrentamiento contra el Real Madrid, al que se ha enfrentado 63 veces–, el 17, el 7 –el número de Solozábal–, el 13, que heredó de Oriol Junyent y, finalmente, el 11 a partir de la temporada 20002001 y hasta la actualidad.
Reconocimiento especial. Aunque su equipo no fue el campeón en la temporada 2005-2006, el escolta fue designado MVP de la temporada con un promedio de 17,8 puntos. Tres años después sí pudo levantar el trofeo en la primera Liga de Xavi Pascual con 15,2 puntos, 6 asistencias y 2 rebotes en los playoffs, cuando fue nombrado MVP.
Una ‘final four’ imborrable. En la primera Euroliga azulgrana (2003) tuvo un protagonismo secundario (5 p, 2 a en 15 m), pero en la segunda (2010) fue determinante con 21 p, 5 r, 3 a en 29 minutos –lo que le valió el reconocimiento de mejor jugador– en la victoria por 86-68 ante el Olympiacos en París. “Un recuerdo inolvidable”, comentó entonces.
LA CAMISETA BLAUGRANA
Con excepción del curso 2007-2008, cuando estuvo en Memphis, el escolta siempre ha sido azulgrana
EL FUTURO
“Espero cambiar la dinámica de los últimos años con el Barça, ganar más títulos y competir”
En el torneo europeo, superó el pasado abril los cuatro mil puntos (acumula 4.018) y es el que más partidos ha jugado (323). El presente nada tiene que ver con el pasado, pero Navarro se siente “preparado para lo que sea. Espero cambiar la dinámica de los últimos años con el Barcelona –dejó la selección el pasado verano tras 253 partidos–, ganar más títulos y competir”.