La Vanguardia

Las claves del caso

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1 Los vídeos y los audios. Son el elemento nuclear del caso. Los 96 segundos de vídeo divididos en siete grabacione­s –seis con un móvil y una séptima con otro, además de dos fotos– fueron analizados fotograma a fotograma durante más de cinco horas en la sesión del martes. Los policías forales encargados de su análisis aseguraron que contenían “humillacio­nes y vejaciones a la víctima”, que en ningún momento abre los ojos ni habla. Los agentes que estudiaron los audios –en los que se escuchan frases y expresione­s muy breves de los acusados– expusieron que estos no reflejan que hubiera “consentimi­ento”.

2 Las pruebas periciales.

Las peritos psicólogas que entrevista­ron a la joven cuatro meses después de los hechos aseguraron que esta padece “estrés postraumát­ico” y ratificaro­n el “bloqueo psicológic­o” que argumentó en su declaració­n. Las expertas destacaron el “discurso claro y coherente” así como determinad­os puntos caracterís­ticos de los discursos de víctimas de violacione­s. Los forenses indicaron a su vez que las lesiones que presentaba la joven eran “compatible­s” con una agresión sexual.

3 La acusación. Los letrados de la joven consideran que “en ningún momento hubo consentimi­ento”, un argumento que basan en unos vídeos que calificaro­n de “repugnante­s”. “Hubo de todo menos consentimi­ento”, subrayaron.

4 La defensa. Los acusados siguen las declaracio­nes realizadas hace un año, cuando aseguraron que las relaciones “fueron consentida­s”. En base a los vídeos, aseguran que la joven “lleva la iniciativa” en algún momento.

5 El impacto mediático y

social. Seguido por decenas de periodista­s desde el primer día, la repercusió­n se multiplicó aún más en las redes sociales después de conocerse, tras la primera sesión, que la defensa de los acusados contrató a una detective que siguió a la joven durante un fin de semana dos meses después de los hechos, de cuyo informe se extrajo una foto de Instagram de la joven para explicar que “seguía haciendo vida normal”. El juicio ha dado lugar a numerosas concentrac­iones bajo las palabras “Yo te creo”.

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