Demasiada animación
John Lasseter, el forjador de los dibujos animados de Pixar, también cae por acoso
Si hay que ir dando abrazos, mejor que sea a los árboles.
John Lasseter, de 60 años, cofundador de Pixar y uno de los máximos directivos de la empresa Walt Disney, anunció que deja la compañía por un periodo sabático de seis meses.
El asunto no consiste en una película de niños. Se trata de un filme catalogado “para adultos” y, peor aún, sin autorización de las mujeres implicadas en la trama.
Otro que cae por la epidemia sistémica del acoso sexual.
El canto épico a la amistad y la fidelidad de Toy Story, uno de los mayores logros de la factoría, no sólo era una ficción forjada por un juguete cowboy (Woody) y un astronauta (Buzz Lightyear). Lasseter animó a la extraña pareja en su aventura y, de paso, se animó demasiado a sí mismo en sus gestos de camaradería.
Le gustaba ir, al estilo oso, dando apretujones a sus compañeros, más en concreto, a ellas. Varias mujeres habían planteado quejas internas. Ellas explicaron que el jefe creativo había ido demasiado lejos en sus expresiones de afecto, cruzando la línea de lo que se considera un roce físico no querido: la mano puesta en lugares no deseados, besos y comentarios relacionados con atributos físicos. Según Lasseter, su alejamiento profesional se debe a que ha dado “pasos en falso”, sin especificar cuáles. Esto ha provocado, insistió en su comunicado, que algunas colaboradoras del equipo se sientan “inconfortables” o “no respetadas”.
“No importa lo benignos que fueran mis intentos, todos tenemos el derecho a nuestras fronteras y hay que respetarlas”, dijo.
Su retiro “temporal” coincide con el estreno en Estados Unidos de la última producción, Coco, una reflexión en formato de cómic sobre la muerte, que llega en un momento en que los pecados carnales están causando el entierro metafórico, o no tan figurado, de poderosas figuras, como el productor Harvey Winstein, el actor Kevin Space o una institución periodística del nivel de Charlie Rose, entre muchos.
“Estamos comprometidos a mantener un ambiente de trabajo en el que las empleadas sean respetadas y reforzadas para realizar la mejor labor. Respetamos el candor de John y su sincera disculpa”, señaló Disney. De esta empresa echaron a Lasseter, al que repescaron tiempo después, tras triunfar con Pixar, para que los rescatara ante el desastre creativo y económico.
En realidad, seis mujeres que trabajaron en Pixar describieron al Los Angeles Times el clima tóxico y la discriminación hacia las mujeres. Rashida Jones, actriz y escritora, dejó la empresa por Lasseter en pleno desarrollo de Toy Story 4, pero también por el maltrato a mujeres y minorías.
Pero el asunto ha trascendido de la pantalla. Como diría Buzz Lightyear, las denuncias van “hasta el infinito y más allá”.
El gran creativo de Disney se va seis meses: su pasión por abrazar iba más allá de los límites aceptados