Chicago: días de acero y noches de metal
EL PRIMER RASCACIELOS QUE SE PROYECTÓ EN CH ICAGO CONTA BA CON TAN SOLO DIEZ PLANTAS Y FUE D ERRIBADO EN LOS AÑOS 30
La ciudad que hoy se refleja magnífica y poderosa en las aguas del inmenso lago Michigan nació una noche de octubre de 1871 con el devastador fuego que se llevó por delante buena parte de Chicago. Por aquel entonces, dos tercios de sus 60.000 edificios estaban construidos con madera y sus calles pavimentadas con el mismo material, por lo que la ciudad se asemejaba peligrosamente a una caja de cerillas, donde los fósforos se prenden unos a otros. Pero, como habitualmente ocurre, de aquel drama surgió un nuevo tiempo: la era de los rascacielos. La llamada Escuela de Chicago ,enla que sobresaldrían los arquitectos Louis Sullivan y Dankmar Adler, desplazó la madera y los gruesos muros de mampostería para dar protagonismo a las estructuras centrales de acero, las cuales permitieron levantar edificios de mayor altura y crear ventanales tan anchos como se deseara.
LOS NUEVOS DISTRITOS
El primer rascacielos que se proyectó contaba con tan solo diez plantas y fue derribado en los años 30, pero en Chicago quedan otros excelentes ejemplos del nacimiento de la nueva era, como el Marquette Building, el Reliance Building, el Fisher Building ,el Santa Fe Building, el The Rookery y el Manhattan Building.
Todos ellos se encuentran en el llamado The Loop, el distrito financiero de la ciudad, donde comparten espacio con otros soberbios rascacielos representativos de los diversos estilos que siguieron a la Escuela de Chicago, como la Escuela de la Pradera (Prairie School), el Eclecticismo y el Movimiento Moderno.
Para poder aprovechar al máximo el paseo por la ciudad, lo mejor es comenzar visitando la sede de la fundación Chicago Architecture Foundation, cuya entrada gratuita permite el acceso a interesantes exposiciones y al vestíbulo, donde se encuentra una espectacular maqueta de la ciudad formada por 400 manzanas y 1.000 edificios. Precisamente en este punto se inician varios de los 85 tours que la fundación ofrece diariamente, muchos de ellos especialmente pensados para viajeros, incluido uno en español. Otra opción (solo disponible entre la primavera y el otoño) son los tours en barco por el río y el lago, lo que permite descubrir las joyas arquitectónicas de Chicago desde otro punto de vista.
PROYECTOS DE ALTURA
Desde que se levantó el primer rascacielos, la ambición por ganar altura ha sido –y sigue siendo– una constante de los grandes proyectos arquitectónicos. Prueba de ello son los 442 metros de verticalidad y 110 pisos que tiene la Torre Willis (la antigua Sears Towers), un icónico rascacielos de Chicago que ostentó el título del más alto del mundo durante dos décadas. En la actualidad sigue siendo el segundo del país y el rey indiscutible del perfil de la ciudad, por lo que su observatorio Skydeck se ha convertido en el mejor enclave desde el que observar Chicago a vista de pájaro. Ubicado en el piso 103.º, presume de panorámica y de sus balcones de vidrio, los cuales alejan a los visitantes de la fachada poco más de un metro, dándoles la impresión de quedar suspendidos en el aire a 412 metros del suelo.
Volviendo a ras del suelo, la ruta por la ciudad ha de pasar forzosamente por otros iconos arquitectónicos de Chicago, como la imponente Tribune Tower, el Wrigley Building (con una torre inspirada en La Giralda) y el Auditorium Building, todos ellos en la avenida Michigan. También hay que incluir el número 860-880 de Lake Shore Drive, donde se levanta uno de los trabajos emblemáticos del arquitecto Mies van der Rohe ;yel parque Millenium ,en torno al cual se encuentran algunos de los diseños más recientes, como la sala de conciertos The Jay Pritzker Pavilion, firmada por Frank Gehry. o el espectacular
rascacielos Aqua, cuya fachada se inspiró en los relieves calizos presentes en la región de los Grandes Lagos. Además, en el parque más famoso de Chicago aguarda otro icono: la Cloud Gate. Instalada hace una década, esta original escultura forma parte de la sobresaliente colección de arte público disperso por las calles de The Loop, donde no faltan creaciones de Picasso, Chagall, Calder, Miró, Moore, Oldenburg, Nevelson y Noguchi.
ARTE Y MUCHO 'JAZZ'
Tanto la arquitectura como la escultura presentes en Chicago demandan gran parte de la atención del viajero. Pero no son las únicas; durante el día, otros destinos exigen visita, como la maravillosa colección de arte que aguarda tras los muros del Art Institute of Chicago, el largo muelle The Navy Pier o el invernadero Garfield Park Conservatory, uno de los más grandes y espectaculares del país. Con tanto por ver, resulta sencillo que las energías se agoten al anochecer.
Un error que hay que evitar si se quiere conocer el otro emblema de la ciudad junto a la arquitectura:
el jazz. La capital de Illinois desarrolló a partir de los años 20 una importante industria discográfica que acabó por atraer a cientos de músicos procedentes de Orleans, quienes encontraron en la ciudad numerosos bares y salas de conciertos, la mayoría bajo el influjo de los gánsteres.
El más famoso de todos ellos, Al Capone, era un habitual de la sala Green Mill, donde tenía a mano un pasadizo para escapar del local que aún se conserva. Con una estética que retrotrae a la década de los 20 y los 30, este local es parada imprescindible en la intensa escena jazzística de Chicago, la cual, en verano, ofrece importantes festivales, como el Chicago Jazz Festival y el Hyde Park Jazz Festival.
Otros escenarios que hay que incluir en las rondas nocturnas son el Andy’s Jazz Club & Restaurant, el mejor lugar de la ciudad donde escuchar jazz tradicional; el histórico The Jazz Showcase, localizado en la estación Dearborn, en The Loop; y el nuevo e íntimo Winter’s Jazz Club, con actuaciones todos los días de la semana, salvo los lunes, y especial protagonismo para el jazz cantado. Situado a unos diez minutos a pie del muelle The Navy, es uno de los mejores broches con los que cerrar un día de paseo por entre los gigantes de acero y cristal de Chicago.
LA TORRE WILLIS ES UN ICÓNICO RASCACIELOS DE LA CIUDAD QUE OSTENTÓ EL TÍTULO DEL MÁS ALTO DEL MUNDO DURANTE DOS DÉCADAS