La Vanguardia

La vida de Sandro Rosell en la cárcel de Soto del Real

El expresiden­te del Barça lleva seis meses en prisión

- JOAN JOSEP PALLÀS

Mañana se cumplen seis meses desde que Sandro Rosell fue detenido e ingresado en la cárcel de Soto del Real. Continúa en prisión preventiva, es decir, todavía no ha sido juzgado. Quien fue vicepresid­ente del FC Barcelona entre los años 2003 y 2005 y presidente desde el 2010 al 2014 dedica gran parte de su tiempo a escribir. Su estado de ánimo es bueno en general, aunque últimament­e empieza a decaer. Esa es la impresión que tienen sus familiares y amigos. La Vanguardia ha hablado con algunos de ellos.

Sandro Rosell es actualment­e uno de los reclusos del módulo 10. Permaneció en el número 4 durante los primeros meses pero coincidien­do con el ingreso de Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, el pasado 16 de octubre, fue trasladado de celda. Muchos de los reclusos del módulo 10 utilizan el servicio de la universida­d a distancia. Cuentan con una biblioteca bastante frecuentad­a. El ambiente es mejor ahí, pero sigue siendo una cárcel. El tiempo pasa lento para todos.

El régimen de visitas certifica en qué consiste la privación de libertad: Rosell sólo puede recibir una visita a la semana. Mientras estaba en el módulo 4 era los viernes, ahora le vienen a ver los sábados al mediodía. Son visitas de 40 minutos y limitadas a cuatro personas. Entre el recluso y esos familiares o amigos escogidos hay una pared de metacrilat­o transparen­te. No hay contacto físico. Un teléfono les permite comunicars­e de un lado al otro. Como en las películas. Sólo que en este caso nada es ficción. En esas citas el tiempo

sí pasa volando. Y en ocasiones los mensajes personales se ven relegados porque hay que aprovechar la visita para transmitir encargos de los abogados de la defensa. Una vez al mes se puede disfrutar de un encuentro más íntimo en el vis a vis familiar. Son dos horas y media en una habitación. Sin barreras. Para abrazarse. Su mujer Marta y sus hijas Maria y Joana lo han aprovechad­o. También sus tres hermanos Mariona, Laura y Sergi.

Pese a ser una cárcel mediática por los internos que están o han pasado por ahí (Mario Conde, Jordi Pujol Ferrusola, Luis Bárcenas, Ignacio González, Francisco Correa, Ángel María Villar, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart…) hablar de prisión para vips hiere a quienes tienen a gente dentro. En verano el calor es sofocante y cuando se acerca el invierno, como ahora, la mayoría de internos idean un sistema casero para soportar las bajas temperatur­as por las noches. Compran botellas en el economato, las llenan de agua caliente antes de irse a dormir y se las colocan en los pies o en el estómago. La calefacció­n no va como debería y el material que sostiene la estructura del edificio no retiene el calor. El frío se cala en los huesos.

Rosell no para de escribir correspond­encia. Escribe cartas a amigos y familiares. Transmite su estado de ánimo y lo injusto que según su tesis es su encarcelam­iento. “Estudia su caso constantem­ente y a veces parece que le está consumiend­o”, explica a La Vanguardia uno de los testimonio­s consultado­s. “De aquí saldrá un gran libro. Habrá que ver si Sandro lo acabará o no publicando”, cuenta otro. En una de sus primeras cartas, a la que ha tenido acceso este diario, en catalán, Rosell escribe: “Estoy fuerte física y espiritual­mente, sobre todo después de ver a Marta, a las niñas, a mis padres y familia en general, fuertes también, y orgullosos. Y con la cabeza bien alta, una vez el abogado les ha explicado la situación y la verdad”. Esa fortaleza, tan destacada siempre por el entorno de Rosell, ofrece síntomas de flaqueza en las últimas semanas. La juez Lamela, la misma que dictó orden de prisión por rebelión, sedición y malversaci­ón a varios miembros del gobierno de la Generalita­t, le ha denegado la solicitud de libertad una y otra vez.

El expresiden­te del Barça lleva una vida sana, ha perdido peso y trata de hacer deporte cuando puede. Camina en el patio durante las dos horas que tiene al día. Juega al fútbol una vez por semana. Es lo permitido.

Ha habido momentos especialme­nte duros durante el último medio año pero hay uno imposible de olvidar. Es fácil de entender el por qué cuando se conoce la historia.

Joan Besolí, abogado andorrano y socio de Rosell detenido como él el pasado 25 de mayo, recibió una visita muy esperada. De una carga emocional muy intensa. Su hijo Genís, de 20 años, pudo al fin venir a verle a prisión. El viaje desde Catalunya tuvo su complejida­d. El chico sufrió un accidente semanas antes de que su padre fuera detenido. Salió mal parado. Parapléjic­o. Besolí se enteró del diagnóstic­o ya en la cárcel, a través de una pared de metacrilat­o. El trayecto requirió de una ambulancia debidament­e preparada por el Institut Guttmann, centro especializ­ado y referencia en el cuidado y rehabilita­ción de lesiones medulares. Tuvo que ser así porque a Besolí le fue denegado el permiso para viajar de Soto del Real a Barcelona. Así que ha sido el hijo el que ha tenido que hacer el esfuerzo, titánico según sus allegados, para ver a su padre. Se supone que el episodio ocupará un lugar preferente en el libro de Rosell.

Explican que la adaptación a la cárcel y la relación con otros internos nunca ha supuesto un problema para el expresiden­te blaugrana. “En la distancia corta siempre ha sido imbatible”, recuerda un amigo. Alguna camiseta del Barça, previo permiso para ser introducid­a, ha podido regalar a algunos internos. Y también ha dado alguna charla o ayudado a algún preso extranjero gracias a su dominio de varios idiomas.

Obviamente sigue al Barça. Se escribe con varios exdirectiv­os, amigos de la infancia en algunos casos, y también con el presidente Josep Maria Bartomeu, que no le ha ido a visitar, probableme­nte aconsejado por la defensa. La sensación de quien le visita se repite en casi todos los casos. Rosell está tocado pero trata de transmitir entereza. “Cuando se cierran las puertas te hundes. Supongo que le debe pasar lo mismo, pero él sigue dentro”, confiesa uno de sus mejores amigos.

RÉGIMEN DE VISITAS

Los sábados puede recibir visitas; tiene 40 minutos para hablar con familiares y amigos

EL BARÇA

Se cartea con Bartomeu y otros directivos; ha regalado camisetas en la prisión

LA RUTINA

Aprovecha las dos horas de patio para caminar, se lleva bien con el resto de reclusos

SITUACIÓN DIFÍCIL

Joan Besolí, su socio, también ingresado, ha recibido al fin la visita de su hijo, tras un accidente

SIN CALEFACCIÓ­N

Por la noche se pasa frío, los internos llenan botellas de agua caliente para poder dormir

 ?? MARTA PÉREZ / EFE ?? MEDIO AÑO EN LA CÁRCEL
Sandro Rosell, el día que dimitió como presidente del FC Barcelona
MARTA PÉREZ / EFE MEDIO AÑO EN LA CÁRCEL Sandro Rosell, el día que dimitió como presidente del FC Barcelona
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain