Celtics: regreso al pasado
“Boston es el equipo del futuro en el Este, y por bastante tiempo. Lo que no sé es si el futuro ha comenzado ya. Son jóvenes y tienen un gran entrenador. Quieren ganar el título y se les nota”. Lo dice Steve Kerr, el técnico de Golden State, campeón de la pasada temporada, hablando de los Celtics. Un equipo que parecía cosa del pasado (logró el último de sus 17 títulos, récord absoluto, en el 2008 y llegó a su última final dos años después) es ahora el mejor de la NBA, con un balance de 16-3, después de que Miami rompiera la madrugada del jueves una serie de 16 victorias seguidas.
Es la quinta temporada de Brad Stevens (41 años) al frente del equipo y su progreso es evidente. En la primera no entró en los playoffs, en las dos siguientes cayó en la primera ronda y en la última perdió la final del Este ante Cleveland, después de ser el mejor equipo de la conferencia en la primera fase con un 64,6% de victorias. A pesar de ello, el mánager general, Danny Ainge, se quedó únicamente con cuatro jugadores: los bases Marcus Smart y Terry Rozier, el escolta Jaylen Brown y el ala-pívot Al Horford. Sólo este último era titular.
Esta campaña ahora tan brillante pareció arruinarse a los 5 minutos del primer partido, cuando el alero Gordon Hayward cayó lesionado en el tobillo izquierdo. No podrá jugar hasta la próxima. Era junto al base Kyrie Irving, cambiado por Isaiah Thomas con Cleveland, uno de los dos fichajes estrella: 109 millones de euros por cuatro años.
¿Cómo se han recuperado de ese mazazo? A base de defensa. La mejor de la liga con diferencia. Encaja 95,3 puntos por partido y encabeza también una clasificación más relevante, que a diferencia de lo anterior no depende del ritmo de juego, sino de la eficacia real: recibe 0,95 puntos por cada posesión del rival, menos que nadie. Y otro punto clave: captura el 53,2% de los rebotes que hay en sus partidos. Solo Portland le supera.
El ataque no anda a la misma altura. Pero tiene algunas virtudes: pierde pocos balones, la anotación está muy repartida y todos los titulares producen con regularidad. Los dos más contrastados, Irving (22,5 p), más a gusto en un equipo que siente como suyo después de vivir tres años a la sombra de LeBron, y Horford (13,8 p, 8,8 r) van por delante.
Pero también está siendo fundamental el papel de dos jugadores jovencísimos: el escolta Jaylen Brown (21 años) y el alero Jayson Tatum (19). Los números 3 de los dos últimos drafts. Oro puro. El primero está más que duplicando en puntos (16,1) y rebotes (6,5) la aportación de su primera temporada. Y el segundo, titular por la lesión de Hayward, es una sorpresa (14,2 p, 5,9 r). Brown es un tipo interesante: aprende español y a tocar la guitarra, juega muy bien al ajedrez, le encanta la comida vegetariana y no come carnes rojas, devora la historia de la NBA, recoge en un diario los consejos de sus asesores sobre temas tan variados como el baloncesto, las finanzas o la conciencia social. Pero no tiene representante. Y es un ferviente seguidor del fútbol, hincha del Arsenal y del Barça, sobre todo de Messi. Antes del draft del 2016 se paseaba por Nueva York con una camiseta azulgrana.
A Jaylen Brown le gusta el fútbol y es seguidor del Arsenal y el Barça, sobre todo de Messi