El médico del mal y otros demonios
Gabby Douglas, gimnasta estadounidense de oro, pidió disculpas esta semana a su compañera Aly Raisman. Le podían los remordimientos, y más sabiendo la verdad y toda la verdad. Çuando Raisman reconoció a principios de mes que era una más de las víctimas del doctor Larry Nassar, médico del equipo de Estados Unidos, a Douglas no se le ocurrió más que atacar a su colega.
“Si no hubiese vestido de forma provocativa y sexual”, afirmó entonces para justificar el zarpazo de Nassar.
“Perdón”, escribió en un comunicado difundido el martes. Pero no se limitó a hacer acto de contrición. También confesó que ella era otra víctima. “No quise compartir públicamente mis experiencias, y otras cosas, porque durante años estuvimos condicionadas a mantener el silencio y, honestamente, algunas circunstancias eran dolorosas de una manera extrema”, remarcó.
Nassar, de 54 años, se declaró culpable este miércoles de haber abusado de siete chicas, de las que seis son gimnastas. Y entre estas, Douglas, Raisman y McKayla Maroney, con medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Londres, en el 2012.
Él una vez prestigioso galeno de Michigan State University había dicho previamente que todo estaba justificado por ser meras exploraciones físicas.
Tras su confesión, que le supondrá como mínimo un cuarto de siglo entre rejas, el convicto afirmó: “Rezó cada día el rosario suplicando por lo que he hecho, quiero que ellas se rehagan y se rehaga la comunidad”.
La juez Rosemarie Aquilino, del condado de Ingham, le dio réplica, mientras a él, con el mono naranja de presidario, se le escapaban lágrimas de cocodrilo. “Estoy de acuerdo, es tiempo para sanar, pero esto toma toda una vida, esa misma vida que usted pasará encerrado pensando en lo que hizo, robando la infancia a estas víctimas”, recalcó. “Utilizó su posición de confianza de la manera más vil, para abusar de niñas”, recriminó la juez al médico, quién ya se inculpó en julio de un delito de pornografía infantil y al que, en otro caso, un grupo de 130 mujeres le imputa por lo mismo.
La pregunta que sobrevuela todo esto, ¿cómo pudo suceder? Al acabar la vista este miércoles, Rachel Denhollander, otra gimnasta asaltada por el doctor, sacó el tema de fondo. “Hoy hemos escuchado la verdad de
Los abusos sexuales de Larry Nassar, galeno del equipo de gimnasia de EE.UU., no son
algo aislado
LOS DATOS DE LA EPIDEMIA
Más de 290 entrenadores y directivos de equipos olímpicos han sido acusados públicamente
Larry, pero todavía no hemos oído la verdad de los directivos que durante décadas mantuvieron a este médico en el poder, los directivos que despreciaban a las víctimas por no saber diferenciar entre un examen médico y una violación”.
El terreno del deporte no es una excepción en esta epidemia nacional, como se está certificando en la política, el espectáculo o el periodismo, en la que se combina la autoridad y los abusos sexuales.
Si bien Nassar ha captado la atención pública por el renombre y logros de unas pocas de las “héroes”, según la juez, este asunto está muy lejos de ser algo aislado. La persistencia de los depredadores sexuales en el campo olímpico y atlético se extiende más allá de una especialización o un ejecutivo.
Más de 290 entrenadores y responsables en equipos olímpicos estadounidenses han sido públicamente acusados de mala conducta sexual desde 1982, a partir de una revisión del The Washington Post. Esto abarca un total de quince deportes. Ha habido al menos 175 condenas y otros muchos apartados pese a no aceptar su culpa.
El caso Nassar desborda, sin embargo, otro que dejó atónito a este país. Jerry Sandursky, segundo entrenador del equipo de fútbol americano de la Penn State University, fue condenado en el 2012 de 30 a 60 años en prisión por abusar de 30 jóvenes. Sandursky había sido el protegido de Joe Paterno, el preparador que era como un padre. La universidad sacó del campus la estatua al aceptar que ese hombre ejemplar era un encubridor del mal. Demasiado tarde.