Autoescuelas al límite
Las academias de conducción exigen una solución al conflicto entre la DGT y los examinadores de tráfico.
Las autoescuelas han dicho basta. Se consideran “prisioneras” de un conflicto –el que mantienen desde hace ya casi seis meses la DGT y los examinadores de tráfico– en el que no pasan de ser meras invitadas de piedra, mientras pagan una cara factura en su negocio. Conscientes de que las negociaciones entre DGT y examinadores vuelven a estar rotas, la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) reclamó ayer, por boca de su presidente, José Miguel Báez, “un cambio de modelo del sector de los examinadores”.
La reivindicación de esos funcionarios, que piden un aumento de 250 euros al mes, ha llegado a un estadio en el que el asunto traspasa el ámbito laboral. “Este ya es un problema, después de tantos meses sin encontrar solución, que debe de resolverse desde la política”, afirma José Miguel Báez.
Y algunas vías para acabar con la enquistada huelga “podrían ser transferir a las comunidades autónomas las competencias de los exámenes prácticos o la externalización de ese servicio, a nivel estatal, para que sea una empresa privada la que realice los exámenes prácticos, propone Báez. Cualquier cosa, sostienen las autoescuelas, menos continuar como ahora.
Desde el pasado mes de junio se han suspendido más de 200.000 exámenes prácticos de aspirantes al carnet de conducir. Un conflicto “que ha robado un millón de horas de trabajo o tiempo a esos alumnos que han acudido a la cita del examen, pero se han ido sin poder pasar la prueba por falta de examinador”, añade el presidente de CNAE. A lo que hay que sumar las horas perdidas de los profesores de esos alumnos y el dinero que las autoescuelas han dejado de cobrar por exámenes suspendidos.
José Miquel Báez informa, asimismo, que la huelga ha impedido la expedición, desde el pasado mes de junio, de más de 100.000 carnets de conducir. Una realidad que está pasando también factura a las ventas de todo tipo de vehículos. A lo que hay que sumar el perjuicio causado a muchos de esos aspirantes, a los que la huelga de examinadores les ha dejado sin opción a puestos de trabajo en los que se exige el permiso de conducción.
La CNAE considera, visto el actual panorama, una buena noticia el anuncio de la DGT, que esta misma semana anunció que a partir de diciembre decretará servicios mínimos del 50% al colectivo de examinadores. “Para algunas comunidades –indica Báez– donde el seguimiento de la huelga era casi del cien por cien de los funcionarios, esa medida ayudará a paliar la situación”. Pero no es la solución, sostiene el sector de las autoescuelas, ya que si sólo trabaja el 50% de los examinadores habrá que seguir suspendiéndose exámenes.
La CNAE, que ayer celebró en Jerez de la Frontera una asamblea con representantes de autoescuelas de toda España, también pide al Gobierno, si decide continuar con este modelo de funcionarios, aumentar la plantilla de examinadores.
Las negociaciones vuelven a estar rotas y los profesores dicen ser “prisioneros” de un conflicto enquistado